19. Apoyo

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La luz del amanecer se filtraba a través de las ventanas de la cafetería de la Abuela, bañando el lugar en una cálida luz dorada. Chris estaba sentado en su mesa habitual, una que ofrecía una vista clara de la entrada y de los alrededores. A pesar de la aparente tranquilidad del lugar, había una tensión subyacente en el aire; todos en Storybrooke sabían que la confrontación con Hades era inminente.

Ruby se acercó a la mesa de Chris con su taza de café, la sonrisa habitual en su rostro no lograba ocultar completamente la preocupación en sus ojos.

-Aquí tienes tu café, Chris. ¿Dormiste bien? -preguntó, colocando la taza frente a él.

Chris miró hacia arriba, agradeciendo el gesto.

-Gracias, Ruby. Dormí lo suficiente, pero mi mente no descansa. -respondió, sus ojos volviendo a escanear el lugar.

Ruby se sentó frente a él, su expresión se volvió seria.

-Todos estamos en alerta, pero no olvides que no estás solo en esto. -dijo, tomando su mano por un momento antes de levantarse para atender a otros clientes.

El desayuno transcurrió en silencio, con los habitantes de Storybrooke intercambiando miradas de entendimiento y solidaridad. Después de terminar su café, Chris se levantó y se dirigió a la puerta, listo para enfrentar otro día de preparativos y estrategias.

A medida que el día avanzaba, la actividad en Storybrooke aumentaba. Los habitantes se reunían en grupos, discutiendo planes y compartiendo información. Chris, con su conocimiento de la magia oscura, se convirtió en un recurso valioso, ayudando a fortalecer las barreras mágicas y enseñando a otros cómo protegerse de los hechizos de Hades.

Por la tarde, una reunión fue convocada en la plaza del pueblo. Regina, ahora en su papel de líder junto con Emma, delineó el plan final de defensa. Chris estaba a su lado, ofreciendo su apoyo y asegurándose de que cada detalle fuera considerado.

-Hades es astuto y poderoso, pero nosotros conocemos este pueblo mejor que nadie. -dijo Chris, dirigiéndose a la multitud. -Cada calle y cada edificio es parte de nosotros. Usaremos ese conocimiento a nuestro favor.

La determinación de Chris inspiró confianza en los demás. A medida que el sol comenzaba a ponerse, Storybrooke estaba listo. Las defensas estaban en su lugar, y cada persona sabía exactamente lo que tenía que hacer.

La noche cayó sobre Storybrooke, y con ella, una calma inquietante. Chris no podía evitar sentir que era la calma antes de la tormenta. Se unió a Ruby en la azotea del hostal, ambos mirando las estrellas.

-Pase lo que pase, Ruby, quiero que sepas que lucharé hasta el último aliento para proteger este lugar. -dijo Chris, su voz baja pero firme.

Ruby se acercó a él, su mano en su brazo.

-Y yo estaré contigo en cada paso del camino. -respondió, su voz igual de decidida.

Juntos, bajo el manto de la noche, Chris y Ruby esperaban. La batalla contra Hades no sería fácil, pero estaban listos para defender su hogar, su familia y su futuro. Mientras las estrellas parpadeaban en el cielo.

En el Inframundo, el dominio de sombras y ecos de almas perdidas, Hades se movía con una furia que hacía temblar los mismísimos cimientos de su oscuro reino. Su ira era un fuego que consumía todo a su paso, y las llamas reflejaban la intensidad de su determinación.

-¡Mi propio hijo, desafiándome! -rugió Hades, su voz resonando a través de las cavernas infinitas. -Pero no importa. Tengo planes para Storybrooke... planes que ni siquiera Chris puede imaginar.

Mientras tanto, en Storybrooke, la noche avanzaba y Chris y Ruby permanecían en vela, conscientes de que cada momento de paz era un regalo precioso. La tensión era palpable, pero también lo era la resolución en sus corazones.

-No importa lo que mi padre intente, no permitiré que dañe a este pueblo ni a las personas que amo. -declaró Chris, su mirada fija en el horizonte oscuro.

Ruby, siempre su aliada inquebrantable, asintió con determinación.

-Estamos juntos en esto, Chris. No solo lucharemos, sino que venceremos. -afirmó, su mano apretando la de él.

La promesa de una batalla inminente colgaba en el aire, pero también lo hacía la promesa de resistencia y esperanza. Chris y Ruby sabían que el amor y la unidad de Storybrooke eran su mayor defensa contra las maquinaciones de Hades.

A medida que el alba se acercaba, los primeros rayos de luz comenzaban a disipar la oscuridad, y con ella, el miedo. Storybrooke se despertaría pronto, y con el nuevo día vendría la oportunidad de enfrentar el futuro, sin importar los desafíos que trajera.

Chris y Ruby, junto con los valientes habitantes de Storybrooke, estaban listos para defender su hogar, armados con la fuerza de su comunidad y el poder de su espíritu indomable. La batalla sería dura, pero la victoria sería suya, porque en Storybrooke, incluso la noche más oscura no podía sofocar la luz de la esperanza que ardía en el corazón de sus héroes.

Once Upon A Time: El Hijo De Malefica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora