Auradon | Mal
Han pasado días, casi semanas desde que le confesamos mi enfermedad a nuestros seres queridos, todos han procurado venir a verme más seguido, apesar de que inicie mis tratamientos intentando al menos retrasar el efecto de mi muerte, pero no estaba sirviendo de mucho.
Mi enfermedad estaba afectando demasiado a todos, a mis amigos, mis suegros, mis padres, mi hermano, sobre todo a mi esposo y a mi hija, también a mi.
A veces, cierro los ojos y me imagino escapando. Lejos de las agujas, las habitaciones blancas y las miradas compasivas. Quiero sentir la hierba bajo mis pies, el sol en mi piel, pero sé que eso nunca sucederá. Mi cuerpo es una cárcel, y la leucemia es mi sentencia de muerte.
Desde hace casi dos semanas y media que Evie tuvo que volver a ayudar a Ben como consejera real, puesto que me puse tan mal que no podía hacer tantas cosas, por ende me quedé cuidando de Betty, además de que sin querer solía tener muchas discusiones con Ben, tampoco habían intimidad debido a mi estado, me sentía terriblemente mal en todo momento.
Me sentía débil, la sangre de mi nariz salía en todo momento, los moretones en mi piel se hacían cada vez más evidentes, pero mi pueblo no lo sabía, no lo habíamos confesado aún, en las ruedas de prensa siempre iban mis suegros, Ben y mi hija, llegamos al grado en el que se empezo a especular un posible divorcio entre Ben y yo, más no salimos a desmentir nada aun, porque yo así lo pedí.
Evie se podría decir que vivía la mayor parte del tiempo aquí, Ben había estado insistiendo que como acababan tarde de trabajar no era correcto que se fuera sola a casa, y yo lo apoye, mi mejor amiga corría riesgos llendo sola a su casa.
Estaba dando vueltas en la cama, estaba muy inquieta, no sabía porque, me levante de la cama finalmente con todas mis fuerzas, me dolía hasta lo más insignificante de mi cuerpo, cualquier movimiento, ya no podía hacer tantas cosas como me hubiera gustado hacer antes de morirme, ya me quedaba solo una semana, segun lo que había estimado el doctor que visitamos.
Salí caminando despacio por el pasillo, agarrándome de la pared o todo lo que me pudiera ayudar a mantenerme en pie. Quería pasar a ver a mi esposo, quería saludarlos y preguntarles si necesitaban algo, no había sido muy atenta con él en los últimos tiempos debido a mi enfermedad. Y no era justo, él también la estaba pasando terrible por mi culpa.
Llegue, la puerta estaba entreabierta, la abrí otro poco siendo discreta para poder ver adentro, pude ver a Ben y Evie de pie, Ben sostenía su mano algo apenado.
—Evie...—Murmuró Ben, Evie negaba mientras Ben seguía tomando su mano para retenerla—. Te lo digo enserió, me estoy enamorando de ti
Sentí como si me acabaran de dar una puñalada al corazón, y las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos, ¿también por eso Ben no me insistía en cuanto a nosotros...?
—Ben... no, no, no es adecuado, sigues casado y es con mi mejor amiga, quien esta enferma!—reprochó Evie, Ben soltó su mano para acercarse más a ella y acariciar su mejilla con delicadeza, la miraba con unos ojos con los cuales ya no me miraba a mí desde hace mucho antes de mi enfermedad
—Yo te amo... te amo como nunca antes habia amado a nadie, entraste a mi corazón y lo robaste, hiciste que admirara cada parte de tu ser, que rogara por estar cerca de ti, por ver tu sonrisa o sentir tus labios—Habla Ben mientras seguía acariciando su mejilla, la atrae hacia él para que que estén lo suficientemente cerca como para ponerla nerviosa, el sabía que los sentimientos eran mutuos, pero por las circunstancias no lo aceptaba—. Así que te lo vuelvo a preguntar ¿Tu no me amas?
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𝓒𝓲𝓻𝓬𝓾𝓷𝓼𝓽𝓪𝓷𝓬𝓲𝓪𝓼 𝓘𝓶𝓹𝓸𝓼𝓲𝓫𝓵𝓮𝓼 | Bevie | Descendientes
Fanfiction[Versión remasterizada y actualizada de mi antigua novela, mismo nombre] Nadie acepta la llegada de un repentino romance entre el Rey de Auradon y su consejera real, Evie Mills. Ha causado demasiada polémica este amorío pues sigue reciente la muert...