CAPÍTULO 13

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Rosse Jones.




— Teníamos  un acuerdo Rosse, debías pagarme lo que restaba, sin embargo has salido de las calles. — me mira fijamente mientras corta un puro cubano.

— Lo se, tuve un accidente.

— No me interesa, quiero mi dinero y según el calendario ya pasó el tiempo estipulado. — lo miro con miedo y me acerco para intentar suplicar por más tiempo.

— Por favor, prometo conseguir el dinero con intereses solo dame chance.

Niega mientras ríe, uno de sus hombres prende su tabaco mientras el no deja de verme, me señala con el tabaco.

No, si lo hago así todos los cabrones a los que les presto dirán lo mismo y tú sabes bien que no tengo esas amabilidad con nadie, no eres la excepción, Mike traela vamos a divertirnos un rato con esta perra, vamos a enseñarle unas cuantas cosas. — intento correr temiendo por lo que piensan hacerme, el árabe no es alguien con quién se deba negociar, me toman con fuerza arrastrando me hacia una de las habitaciones de la casona.

Carajo.

Me re muevo incómoda sintiendo algo duro bajo mi mejilla que palpita de dolor, arrugó la nariz sintiendo un olor agradable a jabón y perfume de hombre.

Huele a macho.

Con mi mano palpo la superficie temiendo estar donde creo acarició algo firme y redondo como un pecho, muevo las piernas tocando lo que parece ser un colchón pero hay algo que no me deja estar completamente sobre el.

Abro los ojos e contando me con un pecho desnudo, tenía la cara en los pectorales de alguien y le estaba agarrando uno.

— No sabía que eras de esas que manoseaban.— murmura con voz ronca, suelto un grito asustada y me siento de golpe.

Estoy sobre el.

¡ESTOY SOBRE EL!

Intento bajarme rápidamente pero sus manos en mi cintura me lo impiden, el se acomoda sobre la almohada y me regala un bonita sonrisa.

— Yo, mmm.

— ¿Tu?— sonríe burlón. — te ves bonita cuando duermes.

Siento la cara caliente, busco taparme con mis manos pero cuando la toco siento una punzada de dolor.

— ¡Mierda!— chillo, con mi dedo hundo mis mejillas sintiendo dolor. — Me dieron feo.

Sus ojos se oscurecen y me mira con una expresión seria pero no dice nada, se acomoda y sin quitar una de sus manos se estira a su mesita y me pasa unas pastillas junto a un vaso de agua.

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