CAPÍTULO 16

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Rosse Jones.



La brisa fría golpea mi rostro, mi cabello se mueva y me veo obligada a guardar mis manos congeladas dentro de los bolsillos de la chaqueta, camino a pasos largos y rápidos perdiendo me entre la gente del barrio, saludo a algunos conocidos y finalmente llegó a mi destino.

El mejor lugar de fideos en el barrio chino.

Entro llamando la atención del encargado el cual me mira través de sus lentes y me da una sonrisa corta, el lugar es bastante viejo, tiene los diseños tradicionales, recuerdo venir muchas veces a traer paquetes de Milan y luego cenar aquí porque solo me alcanzaba para eso.

Barro el lugar con la mirada hasta encontrar la cabellera azul entre las pocas mesas que hay, Keres está sentada junto a un tipo de cabeza rapada el cual la mira con atención y seriedad.

Camino hacia ellos quitando me la capucha que cubre mi cabeza, me siento frente al par y los miro con atención, tando misterio me huele mal.

— Esto parece una película de mala calidad de criminales. — murmuró mientras la miro,  froto mis manos para darles calor y la señaló.— ¿Para que me hiciste venir?

— Tranqui Rosi Dosi tengo todo bajo control, como te gusta. — me guiña un ojo.

Ruedo los ojos negando, un carraspeó me hace mirar al tipo.

— ¿Quien es tu amigo?

— Enrique. — se presenta tendiendo me la mano, miro su mano un según antes de tomarla y estrecharla, al tacto se siente rasposa y aspera. — es un placer conocer a la famosa mensajera del carnicero.

Miro a Keres de golpe con ojos muy abiertos, apretó la mano del tipo con fuerza y la suelto cuando suelta una risa burlona.

— Que chistoso tu amigo, debería ser comediante. — sonrió sin gracia.— ¿te la metió un payaso o que?

El tipo se ríe con fuerza la cual lo hace llorar un poco, Lo miro con atención detallando lo, noto el collar en su cuello, es una placa metálica de esas que llevan los militares.

— Lo de siempre.— grito hacia el encargado, después de un par de segundos aparece el señor con una bandeja y tres tazas tradicionales y palillos. — Gracias.— hago una leve inclinación de respeto y el sonríe alejando se.

— Bien vayamos al grano.— los observo.— parecemos prófugos de la justicia, tanto misterio me hace pensar muchas cosas.

Keres mira a Enrique.

— No se si desertar del ejército cuente cómo profugo. — bromea ella, miro a Enrique con la boca abierta.

— Es un tema complicado pero necesito tu ayuda. — le doy una mirada confusa. — necesito tus contactos para encontrar algo.

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