Capitulo 16 🐺

17 2 0
                                    

James

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

James

Estaba furioso con mi abuela como se le ocurre venir al reino.

Mi madre está molesta todos estamos molestos con mi hermana a traer a esa bruja al castillo. Desde que se largó de nuestras vidas sin importarle como estábamos nosotros.

Desde que dejo a mi madre con su asqueroso suegro ni le importo sus hijos solo quería tener....

Paraba tumbando todo lo que estaba cerca de mí, estaba furioso bien furioso. Mi mama intentaba calmarme pero no toda mi furia lo tenía hasta la sangre.

Mi hermana solo se quedaba parada hay viéndome como estaba tirando todas las cosas.

Tengo ganas de echarla pero viendo a mi sobrino no o hare, que cree que ella. Que tiene derecho a traer a quien se le antoje a mi reino. La verdad está equivocada. Lo único que hacia es verla con toda mi furia como ella solo se miraba las uñas.

Una traidora.

La miraba con odio, con resentimiento.

– ¡Hijo ya cálmate! – Grita mi madre – mira como tienes todo esto.

No le prestó atención y la ignoro.

Me levanto a confrontar a mi hermana, la miro fijamente y ella me mira como si estuviera en defensa. Apretando mis puños lo primero que salió de mi boca fue.

– Lárgate de mí reino con esa asquerosa bruja – es lo primero que digo y miro a mi alrededor si esta mi sobrino y nada.

– Me iré cuando tu mate sepa controlar sus poderes – dice finalmente. – me quedare un buen tiempo.

Intento decirle algo pero mi madre se interpone entre nosotros. Me quede quieto y di la vuelta.

Salí como si nada a un bar de mala muerte. Al bar de mi amigo. Me senté en donde siempre me siento, varias personas me quedan mirando y yo mostrando mi semblante todo frio.

No quería nada, ni ver a nadie.

Hasta que se aparece una linda camarera y me mira de arriba hacia abajo.

– ¿Quiere algo de tomar? – pregunta. – ¿Dígame y que le traigo?

Primera vez que una camarera pregunta eso.

Lleva una falda corta negra y una camisa negra manga larga y los botones abiertos. Se les veían los pechos.

Tenía unas medias negras y unas botas. Iba todo de negro, morena y su cabello era engajado con unos ojos chafes claros.

– No quiero nada – niego.

– ¿Enserio? – se sorprende – ¿Ni pasar una buena noche?

– No – niego frio – si crees que quiero tener un polvo ahora está equivocada.

Me mira y luego se va.

Me quedo ahí viendo lejos sin parar. Sin saber qué hacer con mi vida.

Siento que mi cabeza va a explotar y no sé cuándo pero sé que tengo que buscar una solución. Pensar con la cabeza fría.

🐺

Entro al castillo y veo a rose sentada leyendo un libro.

– ¿Qué lees? – le pregunto medio borracho.

– Romeo y Julieta – responde triste – ¿Dónde estabas?

– Estaba por ahí – digo rascándome el cuello.

– Estabas tomando – dice un poco molesta – ¿Cierto?

Atraganto y decido no responderle y me voy a mi cuarto.

– ¿Me vas a ignorar James? – Grita preguntando – si es así porque no me llevas otra vez a mi hogar.

Me regreso y lo primero que hago es acercarme molesto. Tenía todas mis venas marcadas y me acerco quedando frente a frente molesto con ella.

– No vuelvas a decir que ese lugar es tu hogar por qué nunca lo fue y nunca será – grito – ¡Te recuerdo que a ti nunca te quisieron ahí!

– No sabes nada – dice ella.

– ¡Oh! Nena si se mucho – digo y me largo.

Si decirle nada solo quería dormir en mi cuarto pero mi mama entra y me interrumpe.

– ¿Qué es lo que sucede contigo? – pregunta.

– Nada mama – ruedo los ojos.

– Dejaste a Rose llorando como siempre, no te cansas de hacer sufrir a esa pobre muchachita. – me regaña.

La miro y no le digo nada.

Me levanto y busco una botella de agua.

– ¿Qué es lo que pasa hijo? – Me pregunta – ¿Acaso no eres un hombre maduro para estar con ella?

– No me preguntes de eso mama – me agarro la cabeza – quiero estar solo.

Ella me mira y luego se sienta a mi lado.

– Eres mi hijo – me recuerda – y te amo hijo.

Aguanto las ganas de llorar y me muerdo los labios.

No quiero ser débil delante de mi madre.

La amo pero debo de ser un hombre fuerte.

Intento ir al gym que tengo en el último piso de la casa, ahí me desquite con el saco de boxeo, tenía los nudillos llenos de sangre por que le di un golpe a la pared.

Chille de dolor, pero no es la primera vez.

Cuando me siento débil me lastimo, porque siento que eso me hace fuerte.

Sé que está mal pero no puedo hacer nada.

La ansiedad se apodera de mí.

Y no puedo controlarlo.

Solo miro una chica peli roja que se parece a Rose.

No paro de mirarla.

No quiero confundirla.

No sé qué me pasa, odio mi cabeza.

Lo primero que hago es agarrarme la cabeza y comienzo a gritar. Me deje caer.

Mis amigos comenzaron a preocuparse.– ¡Hey amigo! – gritaron.

Yo sin saber no sentí mi respiraron, el corazón me dejo de latir.

Me llevaron al doctor más cercano del pueblo.

El señor cuando vio a los chicos lo primero que hizo fue indicarle donde me tendrían que dejar.

– ¿Qué le paso? – pregunto el doctor desesperado.

Nadie le contestaba nada.

Escuchaba a mi madre gritar llorando desesperada queriendo saber que lo me sucedió.

Yo inconsciente escuchando todo.

Autora

Corto pero regrese algodones de azúcar.

¿Me extrañaron?

¿Extrañaron a estos par de tortolos?

Los dos son tercos pero bueno espero ver sus votos y comentarios.

Esperen los próximos caps

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Eres mi mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora