Durante la noche de los ex, Romina y Juliana -última eliminada del reality- tienen una fuerte discusión por Agostina. Tras el programa, la situación empeora cuando Agostina llega al estudio para arremeter contra su ex compañera.
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Videollamada entrante: Agostina Gh.
—¡Hola! —Romina saludó a la cámara, donde se veía Agostina. Mientras se dirigió a la cocina.
—Hola, mi vida —devolvió el saludo, sonriente, sentada en su cocina— ¿Las nenas?
—Durmiendo la siesta —dijo observando su reloj, 16:40hs.
—Oh, quería saludarlas —la rubia hizo pucherito.
—Más tarde te llamo de nuevo antes de salir y lo haces —sonrió, la relación entre sus hijas y Agostina la enternecía demasiado.
—¿Cómo te preparas para hoy? —Romina suspiró.
—No sé. Desde el canal nos dieron ciertas pautas para llevar el programa de hoy —soltó un bufido mientras recorría la cocina para prepararse unos mates.
—Ah, bue. Es increíble como la cuidan, o sea, dale... —Agostina dijo y se cebó un mate, ella llevaba tomando un rato— ¿Qué les dijeron?
—Nada, que intentemos no enfrentarla demasiado. Que veamos lo que dice y la vayamos llevando —pensó unos segundos y continuó— Que si la cosa se pone medio tensa que frenemos...
—O sea no le pueden decir nada —sonrió irónica— ¿No quieren tampoco chuparle la argolla en vivo?
Romina soltó una risa por el comentario de la mujer.
—¿Me dejas hacerlo a mí también? —la miró burlona.
—¡Ay! ¡ROMINA! —le gritó— ¡No seas asquerosa! ¡Con esa rancía!
—Bue... no hablemos de rancios mejor —rodó los ojos, recordando a cierto personaje que había pasado el fin de semana pasado con ellas.
—Ro... ya lo hablamos —Agostina la miró— Y más que hablarlo me dejaste en cama para recordarme cómo son las cosas —sonrió, buscando complicidad.
—Preferiría igual no tener que recordártelo —la observó molesta.
—¿Podemos dejar ese tema atrás?
—Sí, porque te conviene —dijo sin mirarla, mientras volcaba el agua en el termo.
—¿Me invitas a una pijamada? —Agostina habló tras unos segundos de silencio.
—¿Hoy? —la rubia asintió— ¿Querés seguir recompensando la cagada que te mandaste? —ahora sonrió— Un poco me divierte que te arrastres tanto...
—¡Eh! —negó sonriendo— Igual lo que vos quieras hago.
—Ojo con lo que decís, que después no aguantas —le guiñó un ojo.
—Yo aguanto todo.
—¿Venís entonces? —Agostina asintió— Pero me pasas a buscar al canal. A la ida voy con Dani en su auto. Así que a la vuelta me pasas a buscar y venimos juntas a casa.
—Pero vos sos mi chofera —la morena rodó los ojos.
—Manejo yo si queres —la ex policía asintió velozmente— Que vaga sos —dijo sonriente— ¡Pero me vas a buscar, Agostina!
—¡Sí, señora! —levantó su mano imitando el saludo militar, haciéndola reír.
—Decime señora una vez más y te arranco los dedos —amenazó apuntándola con su dedo índice.
