Capítulo 4. Invitación

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—No importa lo que hagas, no importa dónde te escondas ni a quién busques para que te defienda.—Susurró a mi oído aquel hombre de aspecto intimidante.—Has tomado una decisión, nadie podrá salvarte, me perteneces, harás lo que yo diga y cuando yo lo requiera.

—No puedes detenerme toda la vida, las personas se darán cuenta de lo que has hecho aunque me quieras callar, ella me va a salvar, yo lo sé. —Sentí un enorme nudo en la garganta que me quemaba por dentro y me desgarraba con cada palabra que lograba liberar, me duele cada extremidad de mi cuerpo, quiero liberarme pero no puedo lograrlo. El no me permite lograrlo.

—No te esfuerces en liberarte, apenas hemos comenzado. —Comenzó a reír con esa risa tan repulsiva que solo el podía soltar.

———

Desperté desesperada, con la respiración agitada, las gotas de sudor comenzaron a rodar por mis mejillas. Desconozco la razón por la cuál he tenido ese sueño tan extraño, tuve un mal presentimiento al respecto porque se sintió tan real, como si ya lo hubiera vivido antes.

Me recupero como puedo para ver la hora en mi celular, me doy cuenta que ya se ha hecho tarde y tengo que correr si quiero llegar a tiempo a la primera clase del día.

———

Con suerte si pude llegar a tiempo para ver todas las clases. Me encuentro en el autobús observando el papel que tengo en mi mano, el mismo que contiene la dirección que la desconocida me ha dejado hace unos días, sigo sin creer que de verdad me esté dirigiendo a ese lugar.

El transcurso en el autobús no fué tan tardío, llegué rápido porque el lugar no está tan lejos de la universidad.

Cruzo la calle para adentrarme en el establecimiento, miro a mi alrededor y puedo notar que el lugar resulta bastante acogedor. Está decorado con colores cálidos, las lámparas colgantes que iluminan el lugar contienen luces tenues dándole una ambientación tranquila a todo el lugar, algunas paredes están decoradas con madera que permiten un pequeño toque hogareño. Todas las estanterías están repletas de libros que parecen de gran interés para las personas que se encuentran dentro del lugar.

Fácilmente podría acostumbrarme a visitar seguido este establecimiento.

Busco con la mirada a la chica de la sudadera, la encontré sentada en una mesa pegada a la ventana que permite la vista a la calle. Al parecer está sumida completamente en el libro que tiene en sus manos, porque estoy parada frente a ella y no ha notado mi presencia todavía. Eso me permitió detallarla un poco, sus mejillas estaban rojizas tal vez por el frío que hacía, algunas pecas se asomaban encima de su nariz, el cabello le cubría parte de su cara, su rostro estaba relajado y le daba un aire de tranquilidad a su personalidad.

—¿Es de tú agrado lo que ves?.

Olvidenlo, el libro no estaba tan interesante.

—Aquí tienes tu sudadera, cómo nueva.-Le arrojé la sudadera a la cara tal y como ella lo hizo conmigo aquél día en mi departamento.— No te quiero cerca de mi propiedad de nuevo o tendré que recurrir a acciones legales.

No lo decía enserio, pero no quería transmitirle inseguridad alguna.

Apartó la mirada de su libro y sostuvo la sudadera entre sus manos, sintió su aroma y luego la colocó suavemente en la mesa.

—Te invito a tomar algo, ya que estás aquí. —Me miró por primera vez desde que llegué, ese movimiento me permitió observar sus ojos que detonaban tranquilidad e indiferencia. Hizo un gesto con su mano indicando que me sentara en la silla frente a ella.

—¿Por qué tendría que aceptar tu invitación?.— Solté secamente. No sentía tratarla de esa manera porque por alguna razón me sentía cómoda con su presencia pero no quería demostrarle confianza, seguía siendo una desconocida.

—¿Por qué no la aceptarías?.—Preguntó ella en completa calma.

—Porque para empezar, no sé ni siquiera tu nombre, eres una desconocida para mí.

Ella sonrió ante mi confesión.

—Me llamo August, es un placer conocerte Liv. —Me respondió serena y sin borrar la linda sonrisa de su rostro.

—Escucha "August", no me interesa pasar tiempo contigo, lo que ocurrió fue un accidente y me disculpo por mis acciones, pero no te hagas ilusiones, no estoy aquí para charlar, solo vine a traer tus pertenencias. Lamento rechazar tu invitación pero voy retrasada, que tengas feliz tarde. —Y sin más, me retiré del lugar en completa confusión.

No entendía porqué estaba interesada en hablar conmigo, tampoco entendía porqué su actitud había cambiado tanto desde ese día, solo sé que desde luego no quiero volver a verla, suficiente dolor de cabeza había sido ya.

——_

Llegué a mi nuevo trabajo minutos antes de que iniciara mi turno. Mi compañero de trabajo me enseñó lo que debía hacer, realmente no eran demasiadas cosas, solo ordenar y retirar el polvo que se había acumulado por la antigüedad.

Estaba limpiando unos discos cuando la campana de la entrada sonó anunciando la entrada de alguien, se trataba de él señor no tan señor Cárter.

—Buenas tardes, ¿cómo van?, ¿Qué tal va su primer día de trabajo señorita Liv?. —Apenas escuché mi nombre di media vuelta para responder.

—Buenas tardes señor Cárter, muy bien, me gusta este trabajo, contiene un agradable ambiente laboral. —Respondí animada y no mentía, realmente me sentí cómoda apenas llegué.

—Nada de formalidades conmigo por favor, solo Cárter. Cómo mencionaste, aquí el ambiente laboral es agradable así que no debe existir tanta formalidad.—Se acercó hasta donde yo me encontraba, podía sentir su perfume costoso.

Su cercanía causaba nervios en mi, pues su personalidad podría llegar a ser muy atrayente.

—Está bien se.. Cárter. —Corregí rápidamente.

Comenzó a reír, su risa era bastante grave como su tono de voz pero no resultaba escandalosa.

—¿Qué les parece si esta noche los invito a ambos para una cena junto con unos amigos, así podemos celebrar que una nueva integrante se nos ha unido?. —Mencionó él pero esta vez para mí compañero también. —Por si no lo sabías Liv, para mí ustedes más que mis empleados, son mi equipo.

—Le agradezco por su invitación, claro, sería un honor para mí. —Respondí conmocionada por la inesperada invitación.

—Excelente. ¿Tú que dices Collins?. —Le preguntó a mi compañero de trabajo.

—Ehh sí, supongo que iré. —Respondió Collins sin muchos ánimos.

—¡Genial!, les enviaré la dirección y la hora a ambos, nos veremos allí. — Sonrió con entusiasmo por la cena ya arreglada. —Ahora me tengo que ir porque debo encargarme de unas cosas antes de la cena, hasta luego chicos.

Se despidió el joven y salió tan rápido como llegó.

Me alegra tener un jefe jóven, es animado y se ve buena persona, nos invitó a cenar con sus amigos.

Definitivamente este trabajo no podía estar mejor.

———

Un poco largo el capítulo pero es para dar entrada al siguiente que estará un poco más interesante. Se vienen cosillas.

Hasta el siguiente cap, besosss


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