POV Bill
Tom me había dicho que regresaría hoy, empezaba a dudar ya que eran las cinco de la tarde y el no daba señales de vida.
Me aburrí así que decidí explorar el lugar donde vivía, abrí la puerta me dirigí hacia el elevador y baje a el primero piso.
Salí de esos apartamentos y comencé a caminar viendo todo a mi alrededor, memorisando el camino para no perderme de regreso.
Encontré un parque no era de esos típicos parques llenos de juegos y niños, no para nadá, más bien era de esos que salían en las películas de terror.
Entre a el parque y me senté junto a un árbol, todo estaba muy silencioso.
Volteó y veo un restaurante para niños, estoy sentado, a el otro lado de la mesa se encuentra una niña regañandome por haberme comido sus papitas, veo mis manos, son pequeñas, miró un vidrio y me refleja la imagen de un pequeño niño rubio con mejillas sonrojadas.
-Bibi no me ignores - sollozo.
-¿Natalie?
Desperté sin tener idea de a que hora me había dormido, mire hacia el cielo estaba oscuro y el lugar en el que estaba le daba una aura muy tetrica.
Me levanté y regrese por el camino en el que había llegado visualice una tienda en la que vendían gomitas entre, por suerte tenía unos cuantos euros en el bolso de mi pantalón tomé una bolsa pequeña de ositos y las fui a pagar, el chico del cajero me coqueteo, tenía puesta la ropa y el maquillaje que me había comprado Tom, tal vez sea por eso, recordé que en la secundaria me molestaban po r que parecía una chica, así que ignore sus coqueteos le pague y salí comiendome las gomitas.
Llegue a la casa de Tom y recordé que no tenía llaves así que empecé a tocar me aburrí, nadie me abría.
Unas horas después vi llegar a Tom, estaba sudando y casi callendose, olía a alcohol y trataba de abrir la puerta sin antinarle al hueco de la llave.
Se las quite y abrí, me fui directo a la habitación ignorando los llamados de Tom, me acoste en mi cama, mañana sería el funeral de mi familia y no sabía quien me llevaría ni donde seria me dormi con esos pensamientos en mi mente.
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Zoom In To Me
RomanceBill Kaulitz jamas imagino que en un viaje, su vida daria un giro de 360 grados.