Capítulo 8

52 10 0
                                    

El trío se coló en la casa de Kang-ho. Todo estaba oscuro y la formación era la siguiente: primero iba So, después iba Mi-yeon y finalmente Cha, quien se encargó de cerrar la puerta detrás de él. Luego, él debería entrar de primero y terminó pisando algo de dudosa procedencia, haciendo que Mi-yeon se acercara a ver qué era.

—¿Qué diablos es esto? —dijo Cha con asco.

—Es popó de cerdo —respondió Mi-yeon, agachándose por un momento para tocar al cerdito que había llegado donde ellos.

—Apúrate y encuéntralo —ordenó So.

Cha tuvo que adentrarse en la habitación, y So también hizo lo mismo. Mientras uno buscaba en el armario, el otro buscaba entre cajones. Como la habitación era tan pequeña, no había más lugares en los cuales buscar, motivo por el cual Mi-yeon se quedó acariciando al cerdito y diciéndole con voz tierna que había hecho un gran desastre. Sus palabras hicieron que Cha se distrajera un poco. Sin embargo, todos se quedaron tiesos al escuchar una voz masculina. Sin dudarlo, decidieron esconderse en el armario. Cha cargó a Mi-yeon en sus brazos para que no pisara todo ese popó y cerraron la puerta del armario rápidamente.

—León, ya llegué —dijo la voz. Mi-yeon tuvo que cubrirse la boca para no reírse cuando el muchacho soltó un grito.

Encendieron las luces.

—¿Cómo abriste eso? Es el favorito de mi mamá. Deja de hacer caca o nos echarán a los dos. Ven, ven aquí, ven aquí Chuy León. Ven aquí. Muy bien, mi mamá se va a enojar. Espera, siéntate. ¿Qué es todo esto? ¿Qué comiste, idiota?

La voz se acercaba cada vez más al armario, motivo por el cual Mi-yeon se aferraba a las camisas de sus compañeros, cubriéndose con sus cuerpos, ya que ella estaba pegada a la pared.

—¿Deberíamos salir ahora? —susurró Cha.

—¿Y si viene su madre? No deberíamos salir aún, quizá vuelva pronto. Seguramente va a limpiar todo ese popó. No salgas —dijo Mi-yeon.

Cada vez sentía más como sus compañeros se pegaban a ella, siendo acorralada por los brazos de Cha mientras que en su espalda permanecían los dedos de So, agarrándola firmemente. Escucharon cómo se cerró una puerta.

—No puedo creerlo —se quejó Cha entre susurros, pero Mi-yeon tuvo que cubrirle la boca ya que estaba respirando muy fuerte. Y ahí fue cuando Cha cayó en cuenta de la cercanía, sus rostros estaban tan pegados que podía sentir la respiración de Mi-yeon en su cuello, erizándole la piel.

—León no es tan alto —escucharon decir.

—Eso estuvo cerca —susurró Mi-yeon. Sin embargo, cuando iba a apartarse, Kang-ho mencionó que guardaría algo en el armario.

—Estoy seguro de que se quedó en silencio. Y repentinamente... —No puede ser —tocó la puerta con agresividad— sal de ahí, sé que estás ahí.

Los tres se abrazaron fuertemente, temblando con ligereza. Ahora Cha estaba más encima de Mi-yeon y los dedos de So la apretaban con más fuerza.

—Lo sabía, fue León. Mi mamá te va a matar —ambos respiraron tranquilos cuando cerró la puerta, pero volvieron a abrazarse cuando un par de prendas fueron arrojadas y cayeron sobre sus cabezas.

Luego escucharon otro ruido. Al parecer, Kang-ho estaba limpiando todo el excremento de ese pequeño cerdito.

—Me alivia que mamá no esté en casa. Cielos, León. ¿Qué vas a hacer ahora? Te van a echar —se quejaba, respirando un poco pesado— mamá...

La puerta se abrió y Mi-yeon, curiosa, se asomó por una ranura del armario jadeando de sorpresa.

—¿Qué pasa? —preguntaron sus compañeros.

𝗪𝗢𝗡𝗗𝗘𝗥𝗕𝗢𝗬 ||The Good Bad Mother||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora