Capítulo 2

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Mi-yeon respiró hondo antes de abrir la puerta de la oficina de Woo-byeok. Sostenía un paquete de documentos que él había solicitado con urgencia.

Su uniforme consistía en una camisa blanca con los primeros botones desabrochados y una falda negra que llegaba a la mitad de sus muslos. Su apariencia era impecable, como siempre, un reflejo de la disciplina y el control que Woo-byeok exigía de todos sus subordinados.

Al entrar, notó la presencia de So y Cha. Ambos eran conocidos por su lealtad y eficacia en manejar los asuntos más peligrosos para Woo-byeok. So, el mayor de los dos, era imponente y siempre tenía una mirada dura. Cha, por otro lado, tenía una expresión más serena, pero sus ojos reflejaban una profundidad que Mi-yeon no había visto en otros.

Con pasos firmes, se acercó al escritorio de Woo-byeok y le entregó los documentos.

—Aquí están los papeles que pidió, señor —dijo, manteniendo una postura profesional.

Woo-byeok, sentado en su gran silla de cuero, tomó los documentos sin levantar la vista. Ella se giró para salir, pero antes de que pudiera dar más de unos pasos, la voz de Woo-byeok la detuvo.

—Mi-yeon, vuelve aquí.

Se detuvo en seco y se dio la vuelta, regresando a su lado.

—¿Necesita algo más, señor? —preguntó con una sonrisa.

Woo-byeok levantó la vista y señaló a los dos hombres.

—Ellos son So y Cha.

Mi-yeon asintió, manteniendo la sonrisa.

—Sí, señor. Ya los conozco.

Woo-byeok continuó.

—A partir de ahora, trabajarás con ellos.

Un murmullo de sorpresa recorrió la sala. So frunció el ceño y dio un paso adelante.

—¿Pero señor, cómo es posible? Es una mujer. Este trabajo es peligroso.

Cha, mientras tanto, permanecía en silencio, pero sus ojos estaban fijos en Mi-yeon con una pequeña sonrisa, como si algo en ella lo fascinara profundamente.

Woo-byeok ignoró la objeción de So y se dirigió directamente a él.

—Mi-yeon ha demostrado ser más que capaz. Es inteligente, disciplinada y sabe manejarse en situaciones difíciles. Estas son órdenes, So.

So apretó los dientes, claramente en desacuerdo, pero asintió.

—Entendido, señor.

Mi-yeon mantuvo su compostura, aunque internamente se sentía nerviosa y curiosa. Trabajar con So y Cha significaba involucrarse en operaciones mucho más arriesgadas que las que había manejado hasta ahora. Sin embargo, también era una oportunidad para demostrar su valía y tal vez, encontrar un camino hacia su propia libertad.

Woo-byeok se volvió hacia Mi-yeon una vez más.

—Espero que no me decepciones, niña.

—Haré lo mejor que pueda, señor —respondió ella con determinación.

Con una última mirada a So y Cha, Woo-byeok hizo un gesto de despedida. Mi-yeon salió de la oficina, sintiendo la mirada de Cha aún sobre ella, una mezcla de intriga y admiración que la acompañó mientras se alejaba.

A medida que la puerta se cerraba detrás de ella, Mi-yeon supo que su vida estaba a punto de cambiar de manera significativa. Las misiones, los desafíos y las pruebas que le esperaban serían difíciles, pero estaba preparada para enfrentarlos, con la esperanza de que cada paso la acercara un poco más a la libertad que anhelaba.

𝗪𝗢𝗡𝗗𝗘𝗥𝗕𝗢𝗬 ||The Good Bad Mother||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora