Capítulo 6

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—Oh Tae-soo está dando una entrevista por su candidatura —informó Mi-yeon mientras revisaba su teléfono.

So, al recibir la noticia, emprendió rápidamente el camino hacia la casa del hombre. Tae-soo mantenía una sonrisa profesional durante la entrevista, pero en cuanto vio al trío acercándose, su expresión cambió y la sonrisa se borró.

Los dos compañeros de Mi-yeon se inclinaron en una reverencia al llegar, siguiendo el protocolo habitual. Sin embargo, Mi-yeon no lo hizo. Nunca se inclinaría ante un tipo como Oh Tae-soo, a menos que fuera su maestro, el presidente Song.

Se quedaron a un lado, esperando a que Tae-soo terminara la entrevista. El aire estaba cargado de tensión. Los ojos de Mi-yeon no se apartaban del hombre, observando cada uno de sus movimientos. Finalmente, la entrevista terminó y Oh Tae-soo se acercó a ellos, tratando de recuperar su compostura.

—El presidente Song quiere verlo —dijo So con voz firme y sin rodeos.

Tae-soo asintió, sabiendo que no tenía otra opción. Fueron directos al auto. Esta vez, Mi-yeon se sentó en el asiento delantero, prefiriendo la distancia de Tae-soo, quien se acomodó en la parte trasera con Cha.

El viaje fue silencioso, cada uno perdido en sus pensamientos. Mi-yeon miraba por la ventana, observando las calles pasar rápidamente, pero consciente de la presencia incómoda detrás de ella. Podía sentir la mirada de Tae-soo, aunque él no decía nada.

Finalmente, rompió el silencio.

—¿Qué es lo que Woo-byeok quiere esta vez? —preguntó Tae-soo, tratando de sonar despreocupado.

—Eso lo sabrá cuando lleguemos —respondió So sin voltear a verlo, manteniendo su tono frío y distante.

Cha, por su parte, estaba alerta, observando a Tae-soo de reojo, preparado para cualquier eventualidad.

Cuando llegaron a la oficina de Song Woo-byeok, el ambiente se volvió aún más tenso. Mi-yeon se bajó del auto primero, seguida por So y Cha. Tae-soo salió último, tratando de mantener la dignidad. Mi-yeon se adelantó para abrir la puerta y, por un momento, sus ojos se encontraron con los de Tae-soo. Ella no desvió la mirada, manteniendo una expresión firme y determinada.

Mi-yeon estaba parada junto a la puerta, viendo el video que habían grabado de la esposa del difunto Yang Gu-man

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Mi-yeon estaba parada junto a la puerta, viendo el video que habían grabado de la esposa del difunto Yang Gu-man. Mientras que la madre de Yang Gu-man no había sido de mucha ayuda, su esposa, en cambio, había colaborado. Woo-byeok estaba sentado tranquilamente mientras Tae-soo caminaba en círculos, claramente molesto.

—¿Qué dijiste? ¿Quieres que te devuelva el dinero?

—La condición era que se fuera de Corea justo después del accidente, pero Yang Gu-man se quitó la vida de repente. Eso llevó a una investigación policial y nos puso en peligro. Es incumplimiento de contrato.

—Ya sé que el accidente y el suicidio estaban en el contrato. En cuanto recibí una gran cantidad de dinero en el banco, me llamaron por la muerte de mi esposo, y al día siguiente recibí su nota de suicidio. Todo estaba escrito ahí: de dónde sacó el dinero, quién lo obligó a hacerlo y por qué tuvo que quitarse la vida.

—¿Dónde está la nota de suicidio de Yang Gu-man?

—Si nos ponen un dedo encima, a mi o a mi hijo, enviaremos la nota a la policía. Yo también debo salvarme.

Woo-byeok carraspeó y detuvo el video.

—Muy bien, ¿quieres seguir mirando? Me costó mucho encontrar todo esto, ¿lo sabías? En el momento del accidente, Kang-ho estaba dormido en el auto. ¿Qué sentido tiene eso? Acaba de cortarla con su madre, pero logró dormirse en paz. ¡Eso significa que Kang-ho es el peor bastardo de la historia? o alguien le dio somníferos o algo así. Cierto. El día antes del accidente, tu hija solicitó una receta para somníferos —dijo Woo-byeok, mirando a Tae-soo con una sonrisa astuta.

—Woo-byeok... —respondió Tae-soo con un suspiro.

—Sí, disfruté tu espectáculo. Fuiste elocuente. "Vendré con las manos vacías y me iré con las manos vacías". Qué maravilloso. ¿Quién vería eso e imaginaría que mandaste a matar a tu futuro yerno? —continuó Woo-byeok, su tono lleno de sarcasmo.

Tae-soo se sentó y bebió de un vaso de alcohol, tratando de calmarse.

—¿Recuerdas a Choi Hae-sik? —preguntó de repente.

—¿Quién? —respondió Woo-byeok, confundido.

—En 1987, durante la reorganización, el hombre que tenía una granja de cerdos en Bongu-dong. Ese Choi Hae-sik.

—Cielos, ni siquiera recuerdo a alguien que conocí ayer. Un hombre de hace 30 años... ¿qué pasa con él? —preguntó Woo-byeok, aún más confuso.

—¿Sabes cómo mi hija conoció a Choi Kang-ho? mi hija fue arrestada por él por llevar drogas ilegales. Era raro y lo investigué, pero no recibieron ninguna orden o informe sobre drogas ilegales. Así es, se acercó a ella a propósito —dijo Tae-soo, levantándose y golpeando la mesa— estoy seguro de que fue para usar a mi hija para acercarse a mí. Él ya lo sabía todo. Sabía quién mató a su padre hace 30 años. ¿Sabes quién mató a su padre?

—¿Quién? —preguntó Woo-byeok, intrigado.

—Es el hijo de Choi Hae-sik —dijo Tae-soo, mirando fijamente a Woo-byeok.

—Exacto. ¿Quién mató al padre de Kang-ho, Choi Hae-sik?

—Lo mataste tú. ¡Fuiste tú! —exclamó Tae-soo, furioso.

—Cielos, ¿yo lo maté? En serio, no lo sabía porque no había pruebas. Pero no es raro. Un niño que quería vengarse del asesino de su padre vino a trabajar para mí sin ocultar que era hijo de él. Es una locura.

—¿Estás diciendo que ya sabías quién era Choi Kang-ho?

—Mira, mira, ¿de verdad crees que no me habría fijado antes del contrato para hacer el trabajo más sucio? No me importa lo que Kang-ho tenía en mente cuando se acercó a mí. No me importa si era ambición o ira, porque ahora sus manos también están sucias. Solo quiero usar su talento y luego lo abandonaré.

𝗪𝗢𝗡𝗗𝗘𝗥𝗕𝗢𝗬 ||The Good Bad Mother||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora