Capítulo 41: "Libertad Y Juicio"

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Capítulo 41: "Libertad Y Juicio"

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Capítulo 41: "Libertad Y Juicio"

Dos pecadores descansaban a gusto en el gran sofá de la sala. Conversaban y comían a gusto disfrutando cada pequeño momento de paz qué tenían. Disfrutando la tranquilidad después de la tormenta.

—Eso no se vale, Alastor—dijo el arácnido entre risas. El ciervo sonrió—Claro que si, mon Anthony—dijo el ciervo. El arácnido negó con una sonrisa. De la nada cierta cabra ingreso a la sala y un pequeño imp la seguía.

—Su alteza, ¿Qué piensa hacer con la poca producción que ha surgido durante estos meses?—dijo el pequeño imp. La cabra suspiro.

—Robert, no me atormentes ahorita con eso. Por favor, ya tengo bastante con los constantes conflictos y peleas de estos iranios sin razón alguna y los desastre que dejan a su paso—dijo la cabra.

—Esta bien su alteza, pero debe pensar rápido en una solución. El lugar está en pique y más después del exterminio—dijo el imp. La cabra asintió y el pequeño imp hizo una reverencia y salió del lugar. La cabra suspiro y entonces noto a la pareja de pecadores.

—¿Cuanto llevan ahí?—dijo la cabra—Todo el tiempo—dijo el ciervo. La cabra suspiro—Ni siquiera los vi. Se me olvida que ahora no vivo solo—dijo la cabra. El ciervo sonrió.

—Su alteza, debería de tomarse un tiempo y pensar con cabeza fría una decisión—dijo el ciervo. La cabra suspiro.

—No tengo tiempo para eso—dijo la cabra. El ciervo ladeo la cabeza—Majestad, es mejor tomarse el tiempo de pensar con claridad una solución que tomar una decisión precipitada—dijo el ciervo. La cabra suspiro con pesadez.

—Supongo, gracias—dijo la cabra tomando una copa del pequeño bar y un vino tinto. El ciervo y el arácnido se miraron entre sí, ambos podían notar el estrés y preocupación del monarca.

—Su alteza, creo que no solo eso le preocupa—dijo el ciervo. La cabra lo miró y luego desvío la mirada.

—Mm...pensaran que es tonto, pero...me preocupa que ese enano haga mucho esfuerzo. Es muy terco y si me acerco por allá para ayudarlo probablemente me lance un escombro—la cabra suspiro.

—Fue el más herido de todos nosotros...es terco y no quiere descansar ni quiere ayuda…no se tal vez soy un tonto por preocuparme de más—dijo la cabra. El arácnido sonrió y miró al ciervo.

—¿A quien me recuerda?—dijo el arácnido. El ciervo sonrió—A mi no por supuesto—dijo el ciervo. El arácnido negó.

—Su alteza, solo vaya y búsquelo. Aunque le lance un escombro—dijo el arácnido—Si…tal vez, pero no quiero ser sobreprotector—dijo la cabra.

—No hace falta que me busques, ya termine—dijo el caído entrando de la nada y aterrizando en el sofá.

—¿Terminaste?—dijo la cabra sorprendida—Si...mierda, casi me quedo sin aire—dijo el caído. La cabra se acercó y se sentó a su lado.

Caminos Reencontrados: Al fin juntos_(Radiodust)_[Tercer libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora