Capítulo 49: "Nueva casa"

91 11 0
                                    

Capítulo 49: "Nueva casa"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 49: "Nueva casa"

Era un viernes por la mañana, aunque trataras de dormir el movimiento y sonidos que hacía la gente no dejaba que durmieras bien. Eso es lo malo de vivir con mucha gente.

Cierto arácnido salía del baño recién levantado y duchado, dejo la toalla con la que se seco su albino y suave pelaje en una silla. Su pequeño cerdito se removió en su camita también sin poder dormir por el ruido de los demás inquilinos.

—Por Dios…uno no puede dormir en este hotel—escucho a su pareja quejarse. El arácnido sonrió con gracia, era curioso pues en vida el que siempre se despertaba tarde era él, ahora era el mayor quién despertaba tarde sobre todo los días en los que iba a la mansión de Satán.

—Buongiorno amore mio, y bueno, ya no tendrás que molestarte por qué no te dejen dormir. En unos días nos mudaremos y podrás dormir todo lo que quieras, amore—dijo el arácnido. El ciervo lo miro y sonrió.

—¿Sí estás de acuerdo con eso?—dijo el ciervo. El arácnido lo miro con confusión—¿Con que, amore?—dijo el arácnido. El ciervo suspiro.

—Con que nos mudemos a esa mansión. No se, tus…hermanos y amigos viven aquí…tal vez no quieras que nos vayamos—dijo el ciervo. El arácnido sonrió.

—Amore mio, no te preocupes, siempre podre verlos no me molesta irnos y que podamos tener nuestro propio espacio, más bien me gusta—el arácnido rio.

—No es como si nos fueramos a otro infierno—dijo el menor. El mayor sonrió y se levantó de la cama.

—Bueno, en ese caso me voy a arreglar. Se supone que Satán viene por nosotros para ir a ver la mansión—dijo el ciervo tomando una toalla limpia y dirigiéndose al baño.

—De acuerdo, amore mio—dijo el arácnido. El ciervo sonrió y le lanzo un beso al menor antes de entrar al baño. Al rato salió y se arregló junto con el arácnido, entre ellos se aconsejaban que ropa les quedaba mejor para la ocasión.

—¿Hm? ¿Como te ha hido trabajando con Satán?—preguntó el arácnido con curiosidad—Mm…bastante bien, se que tal vez es alguien intimidante, pero es agradable cuando lo conoces mejor—el ciervo sonrió.

—Aunque eso si, corre cuando se enoje—dijo el ciervo recordando las muchas veces en que la serpiente marina molestaba a la cabra hasta sacarla de quicio, después esta tenía que correr por su vida. El arácnido soltó una risita—Con lo que vi el día del exterminio no hace falta que lo digas—dijo el arácnido con ironía. El ciervo rio al recordar ese día.

—Debo admitir que me quede sin palabra alguna, nunca lo habia visto de esa forma y tampoco que ocacionara una destrucción tan masiva. Eso me hace pensar que ninguno de ellos muestra su verdadero poder para no ocasionar un desastre y también me hace pensar ¿Qué tanto poder tendrán los de allá arriba?—dijo el ciervo.

Caminos Reencontrados: Al fin juntos_(Radiodust)_[Tercer libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora