Caminos Reencontrados: Al fin juntos_(Radiodust)_[Tercer libro]

Capítulo 47: "Juicio en la corte"

Capítulo 47: "Juicio en la corte"

Pasaron unas dos meses desde aquella reunion, durante esos meses Charlie habia estado planeando junto con Anthony, Molly, Ashley y Vaggie la boda. No dejaban de lado ningún detalle, aunque era obvio, aun les faltaban unos meses para planificar bien todo. Nifty amaba todo lo que tuviera que ver con moda y vistidos asi que le daba las mejores recomendaciones a Anthony para el vestido o traje; dependiendo de lo que el arácnido quería. Sin duda tenian pico tiempo libre.

Por otro lado Alastor iba a la mansión de Satán como este se lo pidió, a su vez, le ayudaba con el trabajo de ambos anillos. No era nada diferente a lo que antes hacia, hace ya unas decadas…

Tocaron a la puerta varias veces, pero nadie abria. A la quinta vez la cabra despertó y con flojera gruñó.

—¿Qué?—dijo la cabra irritada. Hubo un silencio por unos segundos—Mi señor, el pecador está aquí—se escuchó la voz de su mayordomo. La cabra suspiro y abrió los ojos encontrándose con el caído profundamente dormido. La cabra suspiro y miro la hora en su teléfono, era tarde. Rápidamente se arreglo y salió de la habitación, se encontró con su mayordomo y este hizo una reverencia.

—Señor, el pecador espera en su oficina—dijo el imp. La cabra asintió—Ok, gracias—el imp hizo una reverencia y la cabra se dirigió a su oficina. Cuando llego allí estaba el ciervo esperándolo.

—Su alteza—dijo el ciervo haciendo una reverencia. La cabra asintió y soltó un bostezo—Hola—dijo la cabra algo adormilada. El ciervo movió una de sus orejas y se colocó al lado de la cabra en una gran mesa.

—Son...muchos papeles—dijo la cabra cruzandose de brazos. El ciervo observó las pilas de papeles que casi podían llegar a la altura de la cabra. Casi 2,80 cm de puros papeles...

—Eso veo, su alteza—dijo el ciervo. La cabra rio y entonces le indicó al ciervo lo que tenia que hacer y ambos comenzaron con su trabajo mientras conversaban tranquilamente.

—Entonces...¿Como van los preparativos?—dijo la cabra mientras leía unos papeles. El ciervo lo miró.

—Muy bien su alteza, aunque aún falta un tiempo para que sea la boda así que no nos apresuramos con los preparativos—dijo el ciervo. La cabra sonrió.

—Me alegro por ti...por ustedes, se lo merecen…después de todo lo que pasaron juntos merecen estar en paz y tranquilidad amandose—dijo la cabra. El ciervo sonrió.

—Gracias su alteza—dijo el ciervo. La cabra colocó de lado los papeles y suspiro—¿Han pensado en donde van a vivir después de la boda? Se que el hotel puede ser una opción, pero supongo que querrán su privacidad. Con tanta gente allí—dijo la cabra con desagrado en la ultima frase. El ciervo sonrió con gracia pues sabía que a la cabra no le gustaba ni le caía bien la mayoria de la gente. El ciervo lo pensó un poco y se encogió de hombros.