Capítulo 37: "Exterminio (parte 3)"

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Capítulo 37: "Exterminio (parte 3)"

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Capítulo 37: "Exterminio (parte 3)"

Todos era un desastre, cuerpos a su alrededor sin vida, edificios derrumbados y ellos, uno frente al otro. Uno encadenado y el otro apuntado por armas.

—Discúlpeme, señor—dijo el pecador. El caído suspiro—No tienes de que disculparte—dijo el caído. El ciervo suspiro.

—Si, esto...es mi culpa...si yo no hubiera hecho ese trato—el pecador calló—Solo fuiste usado, es todo y de igual forma estos desgraciados habrían buscado la manera de matarnos ya sea contigo o sin ti—dijo el caído.

—Me siento inútil—dijo el ciervo—Somos dos—dijo el caído. Ambos callaron y vieron como la mujer y el hombre se acercaron a ellos después de terminar su charla.

—Ya quiten esas caras—dijo el hombre. La mujer sonrió y se acercó al caído—Lilith...ya suéltalo. Te dije que hacía lo que tu quisieras—dijo el caído.

—Perras bajemos a los demás anillos—dijo Adam. Los pocos exterminadores que quedaban siguieron a su jefe, pero cuando intentaron cruzar no pudieron.

—¿Qué mierda?—dijo Adam. El caído sonrió forzosamente. La mujer gruñó—Abre la entrada—dijo la mujer. El caído rio.

—No la voy a abrir—dijo el caído. La mujer frunció el ceño y se encaminó al ciervo—¿En serio me vas a obligar a seguir haciendole daño?—dijo la mujer tomando la cadena y levantando el cuerpo del ciervo quien estaba en el suelo muy adolorido.

El caído gruñó y fulmino a la mujer con la mirada, esta sonrió y jalo la cadena del ciervo y se encaminó al caído. La mujer sonrió y apuñaleo al ciervo en el lado izquierdo de su abdomen. El ciervo gruñó por el dolor y cuando la mujer sacó la lanza este cayó al suelo adolorido.

—¡Eres una maldita!—grito el caído levantándose del suelo y lazandose a la mujer. Esta perdió el equilibrio y cayó al suelo, el caído rodeo su cuello y clavo sus garras rompiendo la piel poco a poco. Adam alzó vuelo al ver la escena listo para atacar al caído. Pero antes de llegar el caído tomó con su mano la cadena morada qué tenía atado al ciervo y la rompió. De la nada abrió los ojos de par en par procesando lo que había hecho. El ciervo también abrió los ojos de par en par.

—¿Como hizo eso?—dijo el ciervo. La llama entre los cuernos del caído se apago y este miro al ciervo.

—No tengo idea—dijo el caído. De repente Adam lo tumbo y este cayó al suelo. Ambos comenzaron a pelear y Lilith tocio y sobo su cuello herido.

—Corre—dijo el caído y el ciervo alzó sus dos orejas y rápidamente se levantó como pudo y se dirigió a donde estaban los demás encerrados.

—¡No!—dijo Lilith y fue detrás del ciervo. El caído mordió su labio inferior e hizo que unos escombros cayeran en la mujer atrapandola, todo esto mientras intentaba no ser herido por Adam.

Caminos Reencontrados: Al fin juntos_(Radiodust)_[Tercer libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora