Capítulo 3

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Capítulo 3

Unos días más tarde, en el primer recreo, Emmet se encontró con Hiro en el lugar de siempre. Ya solía pasar los recreos con él, y a veces coincidían las horas en las que los profesores faltaban, así que estaban acostumbrados a pasar mucho tiempo con el otro. Hiro era un chico muy amable, demasiado bueno, según Emmet; él seguía sin entender por qué no tenía amigos. Por su parte, Hiro pensaba que Emmet era alguien agradable, con quien hablar se le hacía muy divertido.

-Harley-kun, buenos días –lo saludó al verlo llegar.

-Hola, Hiro-kun –respondió Emmet.

-¿Qué cuentas?

-Hm, no mucho. Al final pude recuperar mis libros –agregó.

-Genial. Siendo honesto no suelo soportar ese tipo de comportamiento –dijo Hiro, sonando algo disgustado

-¿En serio? –preguntó-. Si aprendes a lidiar con ellos no es muy malo.

-Hm, en eso tienes razón. Pero si no lo haces... –agregó Hiro en voz baja.

-¿Sucede algo? –dijo intrigado Emmet.

-Nada, no es nada... Qué bonito clima hay hoy –cambió de tema. Era verdad, a diferencia de los días anteriores, ese día hacía un tiempo agradable. La mayoría de los estudiantes no llevaban el blazer puesto, y las chicas habían comenzado a ponerse medias cortas debajo de sus mocasines negros.

-Sí, aunque me sorprende un poco. Sigue siendo otoño de todas maneras –respondió Emmet.

-Tienes razón. Dicen que lloverá dentro de unos días.

-¿En serio? No soy muy fanático de la lluvia.

-A mí me encanta. Claro, cuando estoy en mi casa, en mi cama acurrucado rodeado de sábanas con un buen libro –agregó sonriendo.

-Creo que puedo estar de acuerdo en eso –repuso Emmet-. Aunque sigue sin gustarme mucho.

-Está bien. La lluvia también puede ser bastante molesta si no sabes cómo sacarle provecho y ver sus virtudes sobre sus defectos.

-Guau, Hiro-kun, dices cosas bastante maduras como para tener catorce años –acotó sorprendido Emmet.

-¿Tú crees? –preguntó Hiro, también sorprendido por el comentario.

-Es eso, o todos los chicos de mi edad que conozco se comportan como si tuvieran diez.

-Tal vez, jaja –rió-. Tú también pareces ser listo.

-Ajá... ¿En serio?

-Sí. ...¿Tienes teléfono? –preguntó de la nada.

-De tenerlo lo tengo, aunque no lo suelo usar mucho. Ya sabes, la única persona con la que me llevo muy bien es mi hermano y vivimos en la misma casa. Creo que él es el único que me envía mensajes –contestó Emmet sonando algo indiferente.

-Ya veo. Yo también tengo uno, pero solamente uso las aplicaciones. ...¿Podrías darme tu número? –preguntó con una timidez inusual.

-¿Para qué?

-Ya sabes, no hablamos fuera del colegio salvo cuando vamos a casa juntos, y creo que eres la única persona de la escuela a la que puedo llamar amiga... –agregó Hiro sonando algo melancólico-. Solo si quieres, claro.

-Está bien, me gusta la idea. Anota –Emmet habría comenzado a dictar de no ser porque la campana del timbre lo interrumpió.

-Debemos volver al aula –dijo Hiro-. No te preocupes, me lo puedes decir en el próximo receso.

-Bien –respondió-. Nos vemos luego.

Volviendo a clase no sucedió nada fuera de lo normal, y lo único que distrajo a Emmet de la clase fue la campana del segundo recreo, en el cual volvió a ver a Hiro.

-Ahora sí, Hiro-kun –dijo apenas se acercó a él-, anota esto.

Le dictó su número, y charlaron por un rato más antes que tocara la campana

-Bien, gracias, Harley-kun. Te llamaré más tarde. Espero que podamos vernos a la salida –agregó sonriendo.

-Igual yo, adiós, Hiro-kun.

Pasaron unas horas hasta que la hora de salida llegó, y Luke se acercó a Emmet en la puerta.

La puerta de la escuela era un lugar bastante amplio, y la cantidad de estudiantes que había lo hacía ver mucho más pequeño. Unos metros más lejos de la calle lateral que cortaba la manzana del colegio estaba la puerta del jardín de infantes, anexado a la secundaria. Para empeorar la cantidad de gente, las horas de salida de primaria y secundaria coincidían, así que también había varios padres junto a la puerta. De todas formas, la mayoría de los estudiantes de la secundaria vivían cerca de la escuela, por lo que varios se iban en transporte público o caminando.

-Buenas noticias, hermanito –dijo-. Hoy puedo volver contigo.

-Qué bien –sonrió Emmet. Recorrió la entrada con la mirada y se encontró con Hiro, al cual llamó.

-¿Tu amigo? –preguntó Luke mientras se acercaba Hiro.

-Sí –respondió su hermano, luego de haber dicho eso su amigo llegó-. Hiro-kun, él es mi hermano Luke.

-Hola –saludó Hiro-. Me alegro de conocerte.

-Emmet me ha contado bastante de ti –comentó-. Al menos ahora tiene un amigo.

-¿Quieres volver a casa con nosotros? –preguntó Emmet.

-Lo siento, Harley-kun, hoy debo ir a atender a mi hermanita lo más rápido posible, así que volveré en auto. Está enferma –respondió Hiro con un deje de tristeza.

-Qué lástima. Espero que se recupere pronto –dijo.

-Gracias. Te enviaré un mensaje luego. Nos vemos –se despidió luego de abrazar a Emmet, yendo al lado contrario, donde había un auto negro al que subió.

-¿Mensaje? ¿Le has dado tu número? –preguntó Luke, mientras caminaban hacia la parada.

-Claro, somos amigos, además no hablamos fuera de los recreos –dijo Emmet.

-¿Le contarás a nuestros padres de él?

-A mamá por supuesto –respondió-. No creo que papá me escuche.

-Pero si es un padre genial –comentó Luke.

-Hmph... –Emmet solo se quedó callado, y subió al autobús que había parado frente a ellos. "Padre genial, por supuesto. Cuéntame otro chiste", pensó.

Cuando llegó a casa, revisó su celular, en el cual había un mensaje sin leer de un número desconocido.

"Hey, ¿cómo estás? Mi hermanita está mejor de la fiebre, por suerte. Soy Hiro, a propósito. Si quieres hablar, estoy disponible durante casi toda la tarde, aunque tendré que acompañarla, no hay problema. Saludos."

Emmet decidió responderle.

"Estoy bien, acabo de llegar de la escuela con mi hermano. Me alegro por tu hermanita, ¿cómo dijiste que se llamaba? Dentro de unos minutos voy a almorzar, si quieres podemos hablar más tarde. Emmet"

"Se llama Sayumi, y es la niña más tierna que puedas imaginarte. K, hablamos luego. Hiro."

Luego de recibir ese mensaje, su madre bajó las escaleras.

-Emmy, el almuerzo está listo –dijo.


Una Simple Historia Más [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora