CAPITULO 2El director Chandler seguía sonriendo mientras se hacía a un lado, dándome paso a su oficina. Apenas crucé la puerta, el aire sofocante me golpeó de nuevo. ¿Cómo era posible que estuviera peor que en el aula? Estaba a punto de lanzarle una última mirada a Lucas cuando, de repente, una tercera persona irrumpió en la escena, frenando cualquier cosa que Chandler estuviera a punto de decir.
Entró como un torbellino de... ¿demasiado azul? Su uniforme impecable, camisa perfectamente ajustada y cabello peinado como si se hubiera preparado para una portada de revista. Una pila de carpetas azules tambaleantes en sus manos completaba la imagen. El clásico chico que hacía que el resto de nosotros pareciera vivir en una guerra sin fin. James Dupree, el infame "chico perfecto". Todos lo conocíamos. Era miembro de todos los clubes habidos y por haber. Lucas y Amanda lo odiaban un poquito... bueno, tal vez más que un poquito.
—¡Hola! Eh... disculpen, director, lamento interrumpir, pero hay un problema con la sala de ordenadores —dijo, sin siquiera notar mi existencia.
Chandler levantó una mano, indicándole que esperara mientras se dirigía a su escritorio, ignorando la interrupción. Me dejé caer en una silla frente a él, con la corbata suelta y la camisa medio desabotonada. James se quedó de pie cerca de la puerta, como si fuera un centinela esperando que resolvieran su crisis de tecnología.
"¿Esta es mi milagrosa interrupción?", pensé. Nada iba a salvarme del infierno que me esperaba.
—Bien, joven Davies —empezó Chandler con tono paternal—, me pregunto cuánto tiempo va a durar este año tu resistencia a la vida académica. Cada septiembre es la misma historia.
—Ya sabe cómo es, señor —respondí con una sonrisa sarcástica—. Estoy esperando que cambien las estaciones.
Chandler soltó un suspiro entre divertido y exasperado. Era evidente que, aunque yo no fuera el peor de sus problemas, tampoco estaba ganando puntos. En el fondo, sospechaba que me caía bien.
—Mira, Davies. Sé que el calor es insoportable y tampoco me encanta usar esta corbata —dijo señalando la suya, lo que casi me hizo reír—, pero el año apenas empieza. Si sigues así, te vas a meter en problemas mayores de lo que te imaginas. Al menos intenta mantener un perfil bajo las primeras semanas.
—Lo intentaré, señor —dije mientras me inclinaba para levantarme.
Justo cuando me ponía de pie, la puerta se abrió de nuevo y el calor del exterior invadió la oficina. Genial. Como si no fuera suficiente estar ya cocinándome aquí. Entonces, apareció otro rostro, y esta vez, no era cualquier estudiante.
Amanda. Perfecto.
Con la frente perlada de sudor y una expresión de malestar, mi hermana entró cargada de papeles. Me lanzó una mirada que decía claramente: "Ves lo que me haces hacer".
—Oh, querida, no tenías que molestarte en venir —dije en tono burlón. Pero al ver su gesto de fastidio, supe que mis bromas no me iban a salvar esta vez.
—Lamento interrumpir, señor Chandler —dijo Amanda, ignorándome—. ¿Puedo saber por qué me llamó?
—Parece que tu hermano ha decidido empezar con el pie izquierdo, como es costumbre —respondió Chandler con su sonrisa habitual.
El director sonrió como si esto fuera parte de un espectáculo que ya conocía demasiado bien. Mi intento anual de sabotear las clases era un clásico. Amanda me lanzó una mirada de reproche, esa que parecía gritar: "Siempre lo mismo contigo".
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FRIENDS (BOYSLOVE)
Teen FictionSigue la caótica y agridulce relación entre Nicolás Davies, el popular capitán del equipo de baloncesto, y Kai Rivers, el ecologista rebelde que ha regresado al pueblo después de varios años. Aunque la enemistad entre ambos comenzó en la infancia, d...