CAPITULO 7
Maldito freak, idiota de los árboles, Mesías del ecosistema.
El suelo del gimnasio nunca había estado tan limpio. En serio, Jack hizo que pasara el trapeador un millón de veces solo para fastidiarme. Me limpié el sudor mientras caminaba hacia las duchas, todavía con eco de esa tediosa y larga charla sobre aceptar la derrota como un buen líder resonando en mi cabeza.
Era un sermón interminable, como un disco rayado que se repetía en mi mente. "Debes aprender de tus errores", decía Jack, mientras yo solo quería tirarme en un rincón y olvidar que había perdido. La presión del juego, la frustración de no haber dado lo mejor de mí, todo se acumulaba como el sudor en mi frente.
A medida que me acercaba a las duchas, la mezcla de cansancio y rabia me hizo recordar una y otra vez lo que había pasado en la cancha. No podía dejar de pensar en Kai, en cómo su sonrisa burlona había logrado desestabilizarme. La rabia y la confusión danzaban en mi mente, una tormenta de pensamientos contradictorios que no podía sacudirme de encima.
¿Qué demonios me pasaba?
Mi mente... estaba en blanco. Totalmente. Como si todo lo que había pasado en la última hora se hubiera esfumado, dejando un vacío incómodo y sofocante. Un segundo quería reírme, ¡¿Kai Rivers sabe mi secreto?!, y al siguiente, me quería enterrar vivo. ¿Yo... besé a Rivers? quería golpearme por haberme dejado llevar y perder ese jodido partido y al mismo tiempo quería huir de aquel lugar y no volver a pisar sus pisos.
Y luego venía otro pensamiento: ¡Maldito eco-lunático!.
Sentía miedo, obviamente. No es un miedo cualquiera, no. Este era de esos miedos que te hacen sentir que todo por lo que has trabajado se va directo al carajo. Años. Años de ser "el buen chico", de hacer todo lo que se esperaba de mí... y ahora estaba a un comentario de ese freak de que todo se desmorona. Podía imaginar cómo llenarían las paredes con mi rostro censurado, marcado con un gran grafiti que decía "homo pervertido", o quizás se apiadarían y pondrían "homo alcohólico"."
El sonido del agua cayendo en la ducha llenaba el vacío en mi cabeza, un constante tshh que reverberaba por el pequeño espacio cerrado. El vapor envolvía el ambiente, haciendo que el azulejo blanco pareciera brillar de una manera casi irreal, mientras las gotas caían pesadas sobre mis hombros, como pequeños martillazos que trataban de despejar mi mente.
Cada gota golpeaba mi piel caliente, resbalando por mi cuerpo en un torrente de calor que intentaba, sin éxito, derretir la tensión acumulada en mis músculos. El aire denso olía a jabón barato y a humedad, una mezcla pegajosa que se colaba en mis pulmones y no me dejaba respirar profundamente.
¿Qué carajos debía hacer?
Y si Kai se lo decía a alguien? Dios, solo pensar en eso me hacía querer desaparecer. Todos me verían como... bueno, ni siquiera sabía cómo me verían. Solo sabía que no sería algo bueno. Mi mente vagaba por mil escenarios, cada uno peor que el anterior: burlas en los pasillos, risitas de las porristas, mis compañeros de equipo dándome la espalda... Lucas sabiendo.
Soy un desastre tomando decisiones. Lo sé. Siempre he sido un poco idiota, y, para colmo, a veces muy cobarde. Amanda me diría que lo deje pasar, como siempre. Chloe, por otro lado, sería más directa: "Enfrenta el problema". Y Lucas... bueno, no puedo ni pensar en Lucas ahora.
En parte quiero correr hacia Lucas, contarle todo, disculparme mil veces y rogar que lo entienda. Pero la otra parte... la otra parte tiene pánico. Porque Lucas es lo único bueno que tengo. Mi amigo, mi apoyo, el tipo que siempre ha estado a mi lado. Si pierde el respeto por mí, si esto arruina todo lo que tenemos... no sé si podría soportarlo.
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FRIENDS (BOYSLOVE)
Teen FictionSigue la caótica y agridulce relación entre Nicolás Davies, el popular capitán del equipo de baloncesto, y Kai Rivers, el ecologista rebelde que ha regresado al pueblo después de varios años. Aunque la enemistad entre ambos comenzó en la infancia, d...