CAPITULO 9
Seguir a Kai Rivers era una idea estúpida (y aquí estoy).
El aire olía a tormenta que nunca llega, como esas promesas vacías que sueltan los adultos. Todo estaba pegajoso, como si el ambiente hubiera decidido ser parte de mi ropa. La brisa quemaba mis mejillas, aunque según el calendario apenas comenzaba el otoño. "Esto no es tan mala idea," me repetía mentalmente mientras caminaba unos metros detrás de Kai, como un espía de caricatura. ¿Podía ser más patético? Seguro que sí. Pero tampoco iba a huir ahora.
Si ya estás en el baile hay que bailar.
Ya había pasado una semana siguiendo los pasos del pelinegro, acechándolo cual acosador empedernido, y para mi sorpresa... nada interesante. Lo más emocionante que descubrí fue su rutina monótona: su casa, algún grupo ambientalista y las prácticas con el equipo. Nada de escapadas misteriosas al bosque para salvar mapaches ni rituales hippies bajo la luna llena. El tipo era un aburrido profesional. Pensé que en cualquier momento se lanzaría a rescatar ardillas en peligro, pero no: nunca salió del maldito pueblo.
Kai caminaba con una calma exasperante, como si la vida no fuera más que un largo paseo sin prisa. Cada paso suyo parecía más ligero que el aire, como si flotara, mientras yo iba detrás, arrastrando los pies y sudando como si estuviera cruzando el Sahara. Intenté igualar su ritmo, pero seguramente parecía un pato con las patas atadas
Cada tanto, se detenía a revisar su celular, completamente abstraído, y yo... bueno, yo intentaba parecer casual. Spoiler alert: no lo lograba. Si alguien me veía, pensaría que había olvidado cómo caminar con dignidad
—Todo bajo control, Nico, sigue así y en cinco minutos estarás de vuelta en casa —me dije, pero en realidad, no había ningún plan más allá de acosar al pelinegro. Seguir a Kai no tenía ningún maldito sentido, pero aún así, mis pies no dejaban de moverse detrás de él, como si tuvieran vida propia. No podía evitar preguntarme qué pasaba por su mente.desde que habia llegado al pueblo todas sus acciones habían sido tan confusas que solo podía elegir encontrar algo con qué defenderme. Sí, sonaba idiota e ilógico, pero en tiempos difíciles, medidas desesperadas.
☀️
¿Por qué demonios estaba haciendo esto? Podría estar en casa jugando videojuegos o, mejor aún, no sudando. Pero no. Aquí estaba, quemando la suela de mis zapatos tras un tipo al que, si soy sincero, no soportaba. Y lo peor es que ni siquiera podía culparlo. Odiarlo había sido fácil en primaria, cuando solo era el hippie molesto que me decía "idiota" por no cuidar el medio ambiente. Ahora... ahora la cosa era más complicada. Y eso me jodía. Mucho.
Pero sentía que hoy la suerte finalmente se pondría de mi lado, que Dios, en su infinita misericordia, iluminaría mi destino después de tantos años de comunión forzada. Entonces, Kai se metió en una biblioteca vieja, de esas que parecen existir fuera del tiempo.
¿En serio? Una biblioteca. Por supuesto que Kai Rivers estaría en una biblioteca un jueves cualquiera, como si eso fuera lo más normal del mundo. Me quedé un segundo fuera, debatiéndome. Podría no entrar. Podría girar sobre mis talones y hacer algo más productivo. Pero tampoco había llegado hasta aquí para nada, ¿no? Solté un suspiro dramático, empujé la puerta y entré.
Genial...
El interior olía a libros viejos y polvo, como la casa de esa abuela que visitas solo en Navidad para evitar remordimientos. El sol se colaba tímidamente por las ventanas sucias, dándole al lugar una luz nostálgica, como si estuviera atrapado en una película indie con presupuesto limitado. En el mostrador había una anciana absorta en un libro, sin molestarse en levantar la vista ante mi entrada. Perfecto, al menos nadie me preguntaría qué diablos estaba haciendo ahí.
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FRIENDS (BOYSLOVE)
Teen FictionSigue la caótica y agridulce relación entre Nicolás Davies, el popular capitán del equipo de baloncesto, y Kai Rivers, el ecologista rebelde que ha regresado al pueblo después de varios años. Aunque la enemistad entre ambos comenzó en la infancia, d...