cap 4

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Las palabras de Olit rebotaron en mi cabeza por los siguientes días. No había visto a Dani desde mi boda. Quería recuperar a Olit, recuperar a mi familia, pero ver a Dani no sé qué efecto tendría en mí. No la pensaba como al principio y mi amor por Olit me dejó enterrar esa historia. Dani había significado mucho para mí, fue mi primer amor y la persona que me hizo descubrir que me gustaban las mujeres. Necesitaba tranquilizar a Olit cuando Dani estuviera cerca, así mis oportunidades de recuperarla serían mayores, si le demostraba que Dani no significaba nada sería una ayuda extra.

_ Buenos días, Gaby.

_ Señora, pensé no vendría hoy.

_ Realmente vine a dejar unos documentos y me voy.

_ Me hubiese dicho y se los hubiese enviado.

_ Eso pensé, pero estaba cerca y decidí venir. Si quieres, puedes irte temprano; no creo necesitarte hasta el lunes.

_ Está bien.

_ No está de más decir que estás invitada.

_ Estaré allí.

Entré a mi oficina por unos documentos que debía dejar firmados y tomé la Tablet donde tenía todo lo de la fiesta, la había dejado en mi escritorio.

** Sonido de la puerta**

_ Señora.

_ Dime, Gaby.

_ La busca una mujer.

_ ¿Quién?

_ Me indico que su nombre es Daniska Volkova. Supongo que es algo de la señora Olit.

Mi corazón se paralizó, quedé helada, fría y todos los sinónimos que derivan de eso.

_ ¿Estas segura?

_ Si. Así dijo que se llamaba y parece una modelo así como su esposa.

_ Hazla pasar. — Mi voz sonaba temblorosa y me dejé caer en la silla para calmarme.

_ ¿Se siente bien?

_ Sí, Gaby.

_ Se puso pálida, señora. ¿Quiere algo?

_ No es nada, seguro es el cansancio. Haz pasar a Dani.

_ Sí. Adelante, señora Volkova.

_ Gracias.

Esa voz. Su voz, la que no había escuchado hace mucho tiempo. La vi atravesar la puerta de mi oficina. Se veía mucho más hermosa de lo que recordaba. Tenía puesto un saco negro y debajo, una camisa azul cielo, desabotonada dos botones hasta dejar ver su busto. La cadena que traía realzaba aquella combinación. Sus pantalones eran negros y sus botas también.

_ Hola. — Me saludó, al escuchar cómo Gaby cerraba la puerta, dejándonos solas.

_ Hola.

_ ¿Cómo estás, Viktoria? — Intentó acercarse un poco, pero al notar que yo no me moví, ella tampoco lo hizo.

_ Bien, ¿y tú? Toma asiento. — Le dije al verla de pie. No me atrevía a moverme para saludarla como debía ser, y no porque no quisiera, sino porque mi cuerpo no reaccionaba.

_ Bien. Sé que no esperabas mi visita.

_ Para nada.

_ Vine a verte antes de la fiesta porque no quería que el encuentro fuera incómodo dado el lugar.

_ ¿Por qué debería ser incómodo? — Quería mostrar desinterés y que ella notara que no me importaba su presencia.

_ Mi madre me lo dijo. Mencionó que Olit y tú se divorciaron y que ella temía cuál sería tu reacción al verme.

EN ESTA VIDA SI...                                             Final alternativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora