Capítulo 5. Entre listas y tareas

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—...Me encuentro en Central Park, justo en el homenaje a los caídos en el ataque de Zedd, donde muchas personas quisieron destruir la estatua en honor a la Ranger Rosa, pero cientos de personas los detuvieron, estos afirman que le agradecen a los Rangers su ayuda y quieren cuidarlos. Eso generó disturbios porque los opositores del grupo de héroes quisieron destruirla por la fuerza y muchos fueron arrestados. Aun así, los videos donde se ve a los Rangers visitar a los niños del hospital circulan por internet, así mismo, los videos donde se ve el disgusto de los Rangers deja claro que están llegando al límite y muchos se preguntan qué pasaría si ellos decidieran no aparecer en el próximo ataque del Rey Mondo y la Reina Machina...—la televisión se apagó de repente y Elena reaccionó ante eso.

—Estaba viendo eso—se quejó Elena, mientras Kol tomaba asiento a su lado.

—¿Te gusta torturarte?—

—Me malinterpretas, no lamento lo que dije, solo quiero saber qué pasará con esa estatua—aclaró Elena, pero Kol acarició su cabello con ternura.

—Tú lo dijiste, ellos no saben nada, así que no cambia nada lo que opinen—

—Lo sé, solo me molesta, ellos creen que es muy sencillo lidiar con esto—

—Debemos enfocarnos en lo importante, Mondo y Machina no son los seres malignos más peligrosos que hayamos visto, pero hay que destruirlos, ese es nuestro trabajo, nada más—dijo Kol suavemente, y Elena sonrió.

—Tienes razón, por lo menos hicimos algo bien, los niños se veían tranquilos, espero que se recuperen—

—Lo sé, ellos valen más que todas esas personas, pero debemos aceptar que muchos de ellos perdieron a seres amados a manos de los seres malignos, y es más sencillo culpar a los Rangers—

—Mejor hablemos de otra cosa, como por ejemplo, ¿Por qué estás vestido?—preguntó Elena como si fuera obvio, y Kol rió levemente, pero empezó a quitarse la ropa.

Días después, Ninjor tuvo una charla con los Rangers, pero se enfocó en aconsejarlos para lidiar con ese enojo que sentían, no era bueno que ellos se dejaran llevar por la ira, aun así, con el paso de los días, todos se tranquilizaron y retomaron sus rutinas, incluyendo a Elena, la cual seguía a Richard para acostumbrarse al trabajo administrativo, aunque llevaba esos tres años entrenando.

—Ella no tenía derecho a hacer eso—Elena dejó de beber su café para mirar a Jordan, porque sí, el pelinegro ahora trabajaba en Corporación Hansen.

—¿Justificas lo que esas personas dijeron?—preguntó Elena, dudosa, aunque estaba cansada de hablar de los Rangers con Jordan, pero él siempre tocaba el tema.

—Ellos deben explicarle a las personas lo que está pasando—

—Nos invaden los seres malignos, ocho años es mucho tiempo para que alguien no entienda eso—dijo Elena, incrédula, tomando la carpeta que estaba revisando, debía aprender a revisar los documentos que se necesitaban para que un cargamento saliera de la empresa, después de todo, estos llevaban su firma.

—No deberías confiar en ellos—dijo Jordan con sinceridad.

—¿Por qué no?—

—Piénsalo, los Mikaelson son quienes más los ayudan, igual que el esposo de tu tía, y todos han terminado en el hospital—aclaró Jordan, pero Elena suspiró.

—Los Rangers no los enviaron al hospital—

—Pero estuvieron involucrados. De hecho me sorprende que los defiendas, sabes que soy tu amigo y me preocupo por ti, pero tu novio, tu suegro, el hombre que es como tu papá, tu tía, tu mamá y sobre todo tú, sufrieron por la guerra entre Rangers y seres malignos, no debes aceptaron lo que ellos dicen—Elena no dejó de mirar los documentos, pero empezaba a enojarse.

POWER RANGERS 5: EvolutionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora