Capítulo 22. El poder del rayo, y las consecuencias del mismo

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Luego de disfrutar un rato de la playa, incluyendo jugar en el agua como si fueran dos niños y beber piñas coladas, la pareja volvió al hotel para cambiarse, entonces fueron al establecimiento que Elena había visto para que le hicieran el piercing,

—¿Seguro que no va a dolerle?—dijo Kol mirando al hombre que preparaba todo para hacerle el piercing a Elena, la cual ya estaba en la camilla esperando.

—Anestesie el área, no se preocupe señor Mikaelson—aseguró el hombre intentando no reír, Kol estaba más nervioso que la misma Elena.

—Kol—dijo Elena cariñosamente.

—Oye, he visto muchos casos donde el área se infecta, además, eso debe doler—se defendió Kol.

—Tranquilo, recuerda lo que hablamos—dijo Elena suavemente.

—De acuerdo—dijo Kol aclarándose la garganta, aunque miró de reojo las pinzas que usaría el hombre.

—Después de lo que has soportado, es increíble que estés nervioso por esto—susurró Elena sonriendo.

—Es diferente—aclaró Kol.

—¿Qué hará cuando su esposa vaya a dar a luz?—preguntó el hombre bromeando y Elena asintió de acuerdo.

—Es probable que me desmaye—admitió Kol aumentando la risa de Elena.

Una hora después.

—Quedó lindo—dijo Kol antes de besar cariñosamente el abdomen de Elena, la cual sonrió. La pareja ya se encontraba en su habitación en el hotel, debían prepararse para ir a la fiesta en la playa, pero Elena se tomó el tiempo para ver el resultado, de hecho su abdomen se veía mejor, al final eligió un piercing colgante, tenía una bonita mariposa.

—No fue tan malo, ¿Verdad?—dijo Elena sonriendo, conforme acariciaba el cabello de su esposo.

—Me da gusto saber que era lo único que querías—dijo Kol con sinceridad.

—Oye, yo solo quería que mi ombligo se viera mejor—

—Insisto que es lindo, pero no niego que tu abdomen se ve bonito así—dijo Kol riendo.

—¿Lo ves?—dijo Elena alegremente.

Luego de eso, la pareja rebuscó entre sus cosas algo de ropa elegante—playera para la fiesta. Entonces fueron al lugar, donde muchos turistas ya disfrutaban de la música y bebidas.

—Lo imaginaba diferente—susurró Elena apretando la mano de Kol, porque entre tantas personas, lo último que le faltaba era perder al castaño de vista.

—Te dije que las fiestas de turistas son de todo menos románticas y tranquilas—dijo Kol riendo.

—Podemos bailar un poco e irnos, no me gustan estas fiestas—se quejó Elena.

Como Elena quería, Kol la guió hasta la pista de baile, por suerte minutos después la pelinegra parecía divertirse, podía divertirse junto a su esposo mientras bailaban y besaba sus labios. Todo parecía estar bien, pero Elena aprendería otra lección sobre las fiestas de turistas ebrios, no siempre terminaban bien. Ella estaba concentrada besando los labios de Kol cuando sintió que alguien tocaba su trasero y sabía que no era Kol porque las manos de este seguían en sus mejillas, así que se separó del castaño para mirar tras ella, donde vio a un hombre borracho, el cual además estaba sonriendo como si fuera un logro.

—¿Qué le pasa idiota?—dijo Elena molesta, al mismo tiempo que lo empujaba.

—Tranquila, solo fue una broma—dijo el hombre riendo, eso sí, Elena estaba tan molesta que no procesó que su reacción era lo de menos, porque Kol entendió lo que había pasado, y un segundo después el hombre estaba contra una mesa luego de recibir un golpe del castaño, además, iba a hacerle tragar la botella de licor, y eso sin duda llamó la atención.

POWER RANGERS 5: EvolutionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora