Capítulo 14. Desafíos en el acto de perdonar

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Luego de la charla con su papá, Kol continuó trabajando e ignoró todas las llamadas de los socios, ahora prefería ignorarlos hasta la junta obligatoria, después de todo, los ingresos de la empresa aumentaron y ellos tenían su parte, así que no tenían nada de qué hablar. Cuando todos los empleados se fueron, el castaño salió lentamente de la empresa para tomar su auto y dirigirse a su casa.

—¿Se portaron bien mis niños?—dijo Kol cuando abrió la puerta y vio a Omi e Ito esperarlo, los cuales saludaron a su papá con emoción—Hola amor—añadió el castaño en general porque no sabía donde estaba Elena.

—En la cocina—dijo Elena de repente, y Kol fue en esa dirección.

—Estoy rendido, solo quiero...—empezó Kol, pero se detuvo al ver que Elena no estaba sola.

—Hola Kol—saludó Julian suavemente.

—Hola abuelo, no esperaba verte—dijo Kol mirando a su alrededor.

—Tranquilo, vine solo. ¿Tienes tiempo de una rápida charla?—preguntó el hombre dudoso, pero Kol asintió.

—Claro—respondió Kol antes de besar el cabello de Elena como saludo.

—Los dejo solos—dijo Elena sonriendo.

—No querida, quédate—pidió Julian, y Elena se veía confundida, pero tomó asiento nuevamente, y Kol se sentó a su lado.

—No vengo a hablar de la empresa o Amanda, ni mucho menos de mi hijo, aunque si voy a disculparme por eso, no tenía conocimiento de sus acciones, pero soy igual de responsable por no haberme asegurado de que todo estaba bien—admitió Julian.

—Tranquilo abuelo, soy honesto al decir que no volveré a hacer negocios con esa empresa, pero prefiero olvidarlo. Aunque ¿Cómo está?—

—Al borde de la quiebra, pero no es tu culpa Kol, los malos negocios y las malas decisiones nos tienen así, por suerte yo tengo mi pensión y mis ahorros asegurados, viviré tranquilo lo que me queda de vida—dijo Julian sonriendo, pero Kol se veía dudoso.

—¿Estás bien?, no me gusta hacia dónde va esto—

—No es malo, no te preocupes, siento vergüenza porque me tomó muchos años, pero ya estoy viejo y llevo tanto lamentándome que no siento paz. Le fallé a mi hija, mi soberbia de ese entonces no me dejó procesar las consecuencias de mis acciones y mis palabras, creí que tendría muchos años, pero mi penitencia empezó cuando mi hija enfermó y yo no tenía ni siquiera el derecho de estar cerca de ella, le hicimos tanto daño que ella prefería tenernos lejos, y cuando murió, entendí que ese era mi castigo, vivir con eso en mi consciencia. Lo lamento mucho Kol, porque también te hice daño, por permitir que mi esposa y mi hijo hicieran lo que quisieran con los demás—admitió Julian con sinceridad, y Kol no se esperaba eso, ni siquiera sabía qué decir.

—Yo no tengo nada que perdonar abuelo, es decir, no...—

—Solo hablo por mí, Kol; las decisiones de Amanda y Adam son de ellos y voy a respetarlas, pero estoy muy viejo para seguir en la misma tónica, ya no puedo disculparme con mi hija, y tendré que vivir con ello—Elena tampoco se esperaba eso, pero tenía una mala sensación, el hombre se veía tranquilo, pero el dolor en sus palabras demostraba que había aceptado su penitencia, y llevaba muchos años cargando la misma.

—Después de qué mamá murió, no volví a verlos—

—Lo sé, preferí mantenerme lejos porque mi hija ya no estaba y tú, a pesar del dolor, estarías bien con tu papá. Siempre creí que mi hija merecía algo mejor, pero es uno de los muchos errores que cometemos los padres, creer que sabemos todo y siempre tenemos la razón—dijo Julian pensativo, y Kol suspiró.

POWER RANGERS 5: EvolutionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora