POWER RANGERS 5: Evolution

Capítulo 8. Fortalezas en los vínculos

Minutos después todos se despidieron y fueron a sus respectivas casas, aunque las Rangers se quedarían en las casas de los padres de los muchachos, eso sí, Charlie fue primero a ver a su novia, la cual estaba molesta porque era la última en enterarse de todo, pero dada la situación, todos cometieron el error de no avisarle.

—¿Segura que estás bien?, queríamos ir a verlos, pero Jenna dijo que podrían asustarse—Elena sonrió al escuchar el tono de su mejor amigo.

—Estoy bien, lo juro, al igual que Caroline y Charlie, y los muchachos volverán a la normalidad, aunque no niego que todo fue muy extraño—

—Lo sé, la ciudad es un caos Lenny, todos culpan a los opositores de los Rangers, y para completar, hay muchas personas transformadas—

—Esperamos resolver esto pronto—dijo Elena dejando sus cosas en el sofá de la habitación de Kol en la mansión Mikaelson. Lógicamente, Richard dejaría una habitación para su hijo sin importar donde viviera, de hecho muchas cosas de Kol permanecían en el lugar.

—Eso es, pero, me alegra que estén bien, ahora llamaré a la rubia mañosa—

—De acuerdo, avísale a los demás, por favor—

—Lo haré, descansa Lenny—

Elena se despidió y colgó la llamada, entonces caminó por la habitación observando las pocas cosas que dejó su novio allí, sin embargo, segundos después sintió que alguien abría la puerta de la habitación.

—Es tarde peluchito, ¿Por qué estás despierto?—preguntó Elena acercándose a Kol para cargarlo.

—No me gusta mi habitación y no quiero dormir con papá, duerme muy mal, y la nana me usa de peluche—se quejó el pequeño mientras Elena lo llevaba a la cama.

—¿Te quieres quedar conmigo?, aunque yo también te usaría de peluchito, eres divino—dijo Elena acariciando las mejillas de Kol, el cual sonrió.

—De acuerdo—

—¿Me dejarías abrazarte?—dijo Elena riendo, aún recordaba las quejas de su novio porque cuando era niño lo usaban de peluche.

—Si me dejas respirar, sí—respondió el castaño con inocencia, y Elena sonrió.

—En ese caso, nos sentimos muy afortunados de estar acompañados por un príncipe tan lindo—dijo Elena acomodando al pequeño en la cama, aun así, revisó que sus perritos siguieran sobre el sofá.

—¿Crees que yo creceré tan rápido como tú?—preguntó Kol curioso.

—Creo que sí—dijo Elena sonriendo y notó que el pequeño se veía pensativo—¿Qué ocurre?—agregó la pelinegra cariñosamente.

—Nana dice que Kaleb y yo tendremos novias algún día, pero nosotros prometimos que no—dijo Kol inocentemente, y Elena sonrió con suavidad, le causaba ternura, pero era triste imaginar que su amistad por poco y se acaba por culpa de una mujer.

—Eres muy pequeño para pensar en eso—

—Pero cuando crezca...¿Te casarías conmigo?—preguntó Kol sin ser consciente de lo que significaba, él solo repetía lo que había escuchado en la televisión.

—¿Sabes lo que significa?—preguntó Elena sonriendo, pero se controló para no abrazarlo y comérselo a picos.

—Sí, lo vi en la novela que ve mami, si te casas conmigo yo voy a cuidarte—aseguró el pequeño, y Elena lo abrazó con emoción.

—¿Cómo puedes ser tan lindo?—decía Elena riendo.

—¿Es un sí? —preguntó Kol, mientras Elena besaba su mejilla.