Se tomó un momento pɑrɑ mirɑrlo, porque erɑ bonito, sus lɑbios estɑbɑn pɑ́lidos por el frío, su nɑriz estɑbɑ enrojecidɑ, tɑmbién sus mejillɑs y sus ojos brillɑbɑn y ɑunque el esmerɑldɑ hɑbiɑ desɑpɑrecido de sus irís, ɑún lucíɑn preciosos. Y e...
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Despertó solo por la incomodidad de su propio cuerpo, estaba sudando, sentía la piel caliente y tenía la sensación de que algo quemaba desde su interior, se sentó de golpe pero todo a su alrededor comenzaba a distorsionarse, su vista se volvió borrosa a ratos y su lobo no paraba de gimotear y de exigir, que por amor a la luna, se llenara los pulmones del ahora, demasiado atrayente, aroma a frutos.
Mierda.
Entró en pánico, pero antes de que pudiera levantarse del sofá, el Señor Park, salió de su oficina, con el rostro serio, se veía algo alterado.
-Yoongi...
Inesperadamente, Yoongi tuvo el intenso impulso de querer gruñirle al Alfa frente a él y aunque no lo hizo, si lo fulminó con la mirada cuando el hombre dió un paso hacia él.
-Ok... no me acercaré si no lo deseas, pero debes escucharme...
Yoongi no podía concentrarse realmente, no cuando el aroma a frutos proveniente de la segunda planta, se volvía cada vez más necesario para su lobo.
-Yoongi...
El joven Alfa finalmente lo miró, quería que se callará, su voz comenzaba a ser molesta.
-Yoongi, creo que estás a punto de entrar en celo- dijo el hombre con calma para no alterar al chico.
Por un momento el juicio de Yoongi se aclaró, lo había sospechado hace un par de minutos y que se lo confirmarán no hacía que se sintiera mejor. Sentía pánico ante lo desconocido, había escuchado antes que los Alfas perdían la cabeza durante el celo y realmente no quería perder la cabeza, pero a como iban las cosas con su lobo no sabía si lograría no hacerlo.
-Escucha Yoongi, que te quedes dentro de la casa sería peligroso, yo prevé está situación y lo mejor será que lo pases en una casa que tenemos a un par de calles de aquí, no estarás solo. Enviaré a James para que cuide de ti, él te llevará comida y estará al tanto de que estés bien, solo te pediré que no salgas de tu habitación.
El lobo de Yoongi entró en pánico, no quería irse, irse de ahí significaba alejarse del reconfortante aroma del Omega y no quería eso.
Se puso de pie frente al Alfa mayor, tratando de lucir imponente «tanto como un joven Alfa de solo 15 años podía serlo».
-No quiero irme- hablo con él atisbo de un gruñido al fondo de su pecho.
-No es una opción Yoongi, no puedo permitir que un Alfa en celo esté cerca de mi hijo- sentenció el hombre.
-Yo nunca le haría daño- aseguró Yoongi.
Jihyun inhaló profundamente intentando tranquilizarse. -Se que no lo harías Yoongi, pero cuando tú celo llegue a su punto máximo las cosas podrían salirse un poco de control y podrías herir a alguien sin desearlo.
