SEIS

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Hyunjin abrió los ojos cuando la luminosidad le molestó en la cara. Era evidente que anoche había olvidado de cerrar la cortina de la ventana del comedor. Anoche. Hyunjin pudo despertarse un poco más y se encontró con Félix durmiendo a su lado, abrazándolo y la cabeza de éste apoyada sobre su pecho. Las manos del morocho rodeaban el cuerpo pequeño de Félix, y allí él pudo recordar todo.

MIERDA.

Hyunjin había tenido sexo con Félix. No, sexo no, él mismo le había dicho que le iba a hacer el amor y así fue. ¿Qué hice? Por Dios. Hyunjin estiró la mano para llegar hasta su teléfono y ver la hora. Carajo, estaba muy jugado pero le daba tanta pena despertar a Félix, ya que él dormía con una expresión pacífica y dulce, que se deslizó lentamente, dejándolo en la cama.

Hyunjin se bañó en minutos, aunque se lavó lo suficiente para sacarse el semen seco en su cuerpo y se cambió con la primero que encontró en el armario. El morocho miró una vez más a Félix antes de salir a trabajar, sin desayunar – ya lo haría por el camino – y vio que seguía durmiendo. Él no se resistió y volvió hasta la cama para acercarse al chico y dejarle un beso en la boca. Cuando la puerta del departamento se cerró, Félix sonrió y se acomodó mejor, aferrándose a las sábanas.

Hyunjin se desplomó en la silla de su escritorio con café en mano y una bolsita con pancitos saborizados. Él soltó un suspiro y llamó la atención de sus compañeros, en los escritorios del frente.

- ¡Hey, Hwang! ¿Todo bien?

Hyunjin le sonrió a Minho.

- Sí, sí...

- Desayuná tranquilo que en media hora arrancamos.

Hyunjin asintió con la cabeza y por más que no quiso, escuchó la conversación entre Changbin y Minho, sobre todo porque la palabra encantador llegó a su oído.

- Pendejo del orto – bufó Changbin demasiado enojado – me hizo ir a buscarlo, llevarlo a comer y luego se descompuso.

- Vos sos el idiota...ya sabes que te lo hace a propósito – Minho bajó aun más la voz -, no te das cuenta que te juega.

Hyunjin tiró café en la pierna de lo metido que estaba en la conversación ajena y se quejó sonoramente ya que el líquido estaba caliente. Sus compañeros lo miraron pero de inmediato volvieron a susurrar. Félix anoche había salido con Changbin, o sea el oficial Seo había sido su cliente. Hyunjin sintió que se le revolvía el estómago. Aunque él había escuchado claramente que Changbin se quejaba porque no había pasado nada, el rubio había aceptado verlo y luego había llegado al departamento llorando desconsolado.

Hyunjin se estaba debatiendo en demasiadas emociones que lo atacaban: le molestaba horrores saber que Félix se acostaba con hombres por dinero, y conocer uno de ellos era lo peor, también lo estaba matando la idea de pensar que después de haberse acostado con él, Félix saldría noche tras noche a hacer lo mismo. La puta madre. ¿Por qué Hyunjin tenía que haberse tentado? ¿Por qué de cualquier persona que pudiera haber conocido luego de la partida de Jeongin, le tenía que llamar la atención un taxiboy? Pero lo peor era pensar en ¿por qué le molestaba tanto todo esto? ¿Acaso empezaba a tener sentimientos por el rubio? Pero si apenas lo conocía hacía mes y medio. Hyunjin ya se sentía perdido.

- Igual a ese putito del orto lo voy a agarrar...y si no al calabozo – dijo Changbin, mirando la pantalla de su celular.

- ¿Por qué no lo dejás en paz?

Changbin se volteó violentamente hacia Hyunjin, que le había dicho eso, de pie y algo alterado. El grandote también se puso de pie, pero cada uno seguía en su sitio.

Charmer - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora