SIETE

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Hyunjin acariciaba la melena rubia de Félix. Los dos estaban aún acostados, luego de una larga sesión de sexo; las platos había quedado en la mesa hasta incluso con algo de comida pero a ninguno de los dos les importó. El rubio estaba recostado de perfil y Hyunjin podía contarles las pecas, una a una mientras lo mantenía agarrado de la cintura. Los dos conservaban las remeras puestas, que se colocaron ni bien terminaron de hacer todo lo que se quisieron hacer, y luego quedaron así, abrazados de frente. Félix fue el primero en dormirse pero Hyunjin el primero en despertar.

El oficial sabía que una vez que habían intimidado, no había vuelta atrás; ojala él pudiera meterse diez minutos en la cabeza del rubio y saber qué pretendía de él pero tampoco era novedad: techo, comida, protección. El problema aquí era qué estaba dispuesto Hyunjin a ceder, a dar a cambio de...todo eso, porque él ya sabía que con Félix no iba a obtener una relación, aunque todavía no había hecho el duelo del fallido matrimonio con Jeongin. ¿Hyunjin quería una relación? ¿O simplemente quería olvidarse más rápido de su ex?

Hyunjin subió una de sus manos y peinó el cabello de Félix, verlo dormir era placentero ya que parecía estar mirando a un ángel, pero él sabía bien que de ángel no tenía nada, más bien el encantador era el demonio.

El ruido del celular de Félix se escuchó en toda la casa e hizo que éste abriera los ojos. Hyunjin maldijo por dentro. Los dos se miraron.

- Hola... - la voz gruesa de Félix dormida era muy sexy.

- Hola.

Félix estiró las piernas desperezándose, levantándolas leventemente y luego hundió la cara en la almohada.

- Mmmhh... ¿eso fue el mío?

Hyunjin hubiera preferido hacerse el idiota, pero esta vez quería hacer las cosas bien. ¿Por qué? No lo sabía.

- Sí, pero no quiero que vayas a trabajar.

Félix levantó rápidamente el rostro y miró al oficial Hyunjin.

- Sabes que voy a hacerlo.

- No quiero.

Hyunjin apretó más el agarre de la cintura de Félix y lo atrajo hacia su cuerpo. Él apoyó los carnosos labios sobre la oreja del rubio.

- Por favor, no lo hagas – susurró Hyunjin.

Félix cerró los ojos con fuerza, evitando llorar. ¿Por qué él estaba en la cama con un hombre que parecía importarle? ¿Por qué el destino lo estaba desviando de su meta? Félix necesitaba trabajar y trabajar para juntar mucha plata e irse lejos, pero el oficial Hyunjin estaba en su mente ahora, en sus pensamientos. Hyunjin lo abrazaba, lo besaba, hasta parecía amarlo en cada caricia. ¿Por qué? Si él no podía ser amado, él estaba podrido, dañado, roto, nadie en la vida podría interesarse por él más que para un polvo. Félix subió las manos y las apoyó en el pecho de Hyunjin para tomar distancia.

- No me pidas eso...

- Es que no quiero que nadie te toque...

- Ya me conociste así...

- Lo sé...pero siento que me vuelvo loco de pensar que alguien va a hacerte daño...

Félix sonrió. Hyunjin era muy tierno pero ingenuo, ojalá lo hubiera conocido cinco, siete años antes. Pero no, el presente era éste. El rubio le acarició el rostro.

- Gracias, me halagas pero no quiero que me entusiasmes.

- Estoy siendo demasiado sincero con vos, y hasta me odio por serlo pero por favor... Lix, esta noche no te vayas.

Charmer - HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora