Capítulo 6

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Ranma chupaba una paleta de naranjilla con mucho gusto. No era alguien amante de los dulces, pero era muy rico como para ignorarlo.

Revisaba nuevamente los datos de la carpeta que su jefe le entregó, analizaba y pensaba en cada uno de los detalles antes de dar el siguiente paso. No podía fallar o si no, perdería cada una de las cosas que tenía en ese instante.

Volvió a ponerse su buzo negro, era una talla grande por lo que le quedaba flojo y acomodó un poco su cabello.

Tal vez debería de aprovechar cepillándolo.

Mientras se peinaba, Yuko entró en la habitación y la miró de pies a cabeza.

—¿No te vas a quedar hoy?

Ranma negó, mientras terminaba de hacer su trenza. En parte agradecía haberlo usado por tanto tiempo porque eso le ayudaba a peinarse rápido en momentos de apuro.

—No me siento muy bien, el jefe me dio la noche libre así que me estoy arreglando para volver a casa.

Yuko conectó su rizador a la corriente con algo de duda. A veces se preguntaba en qué estaba metida.

—Ten cuidado.

—No te preocupes por mí, sé cuidarme muy bien. —Sonrió un poco, tratando de que se calmara. Puede que sea un poco de mala suerte, pero la chica era muy observadora y temía que descubriera cada una de sus mentiras.

Llevaba una mochila mediana de color azul marino y unos pantalones negros para combinar con las otras prendas.

Sacó su celular con cuidado. Se tomó el tiempo debido para anotar ciertas de sus ideas en las notas e islas repasando poco a poco.

Finalmente y después de una larga caminata y subirse en un bus, llegó a la ubicación indicada.

Un gran edificio estaba a su frente y se veía que era de gente con bastante dinero. En otras circunstancias, le hubiera gustado hacer una entrada despampanante como era digna de ella, pero en esta ocasión prefería omitir esas cosas.

A buena hora, las constantes prácticas de artes marciales y que existieran esas escaleras de emergencia en los exteriores le permitieron ser sigilosa hasta llegar al piso indicado.

Piso 13, departamento 115

Miró con precaución de que no hubiera cámaras de vigilancia y no pudo evitar alegrarse al notar que no estaban en ninguna parte.

Eran muy ricos y todo, pero la seguridad dejaba mucho que desear.

Abrió la ventana con lentitud y se encontró en el pasillo, camino viendo los números puerta por puerta hasta que se paró en frente de la indicada.

No le gustaba el sonido del timbre y eso era algo bien sabido por la persona que la esperaba ahí dentro, así que tocó la puerta con su mano.

Segundos después, esta fue abierta con rapidez. Un hombre bastante alto, robusto y con barba la recibió.

—¡Sumire! Te estaba esperando. —exclamó con una gran sonrisa. Era obvio lo encantado que estaba con ella.

—Rick, es bueno verte después de tanto. —dijo ella igual de contenta. —Espero que podamos tener un buen momento hoy.

—Eso no lo dudes, pero es mejor que entres. —Dejo que ella pasará primero y luego cerró la puerta. —No me notificaron de tu llegada.

Ranma se sobresaltó un poco al sentir las grandes manos de Rick posarse en sus hombros.

—Quería que fuera una sorpresa. —dijo coqueta. —No pude venir mejor vestida por el frío que esta haciendo, espero me perdones.

El hombre volvió a reír.

Feather - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora