Capítulo 23

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El dolor en su pierna no disminuye con el pasar de los días. ¿Sería una lesión?

Estaba muy cansada y quería ir a su cama para dormir por días enteros. Lo peor de todo era que realmente no podía tener un descanso oportuno. No tenía motivos para pedir un tiempo libre sin que su jefe sospeche de la linda hazaña que logró ese días.

Claro que fue con algo de ayuda de un conocido para que diera ubicando y activando las bombas, pero detalles. A parte, recibir una llamada de su jefe en la que le comentaba la gran tragedia en la que murieron todos, si no es la mayoría, de los hombres que eran parte del grupo de Rick.

Pretender sorpresa se le daba fatal, mínimo agradecía estar hablando a través del celular porque si estuvieran frente a frente no hubiera disimulado para nada la sonrisa en su rostro. Incluso si alguien quedaba vivo, era imposible que retomaran el mismo camino, con una gran cantidad de bajas era difícil trabajar.

Estos días todo se trataba de salir directo al bar, fingir que no le dolía nada, luego de regreso a su casa para poder buscar a Ryoga por los sectores que podía porque ir lejos no era una opción si debía dar explicar retrasos u otras cosas.

Era tonta. ¿Por qué lo buscaba?

Tal vez Hibiki no querría saber de ella nunca más.

Todo llegó a su punto límite cuando en una de sus prácticas, la pierna que le dolía no pudo sostener su peso y terminó cayendo al piso de forma estrepitosa. Humillante era en lo que menos podía pensar con ese golpe.

—¿Estás bien? —Haruka se acercó preocupada, intentando ayudar a que se levantara.

—Si, fue un mal movimiento. —Trató de disimular lo más que pudo, pero ni siquiera era capaz de estar de pie sin quejarse. Tal vez si era algo grave.

—No creo que solo sea eso, puedes tener una lesión. —La chica se veía notablemente preocupada por su estado.

—Ya dije que no importa.

Incluso entre pequeñas quejas, Haruka fue en búsqueda de sus cosas y zapatos para obligarla a ir a su casa o a un hospital y si no la acompañaba era porque tenía turno, como sea, Ranma podía justificar esa falta.

En otras circunstancias, la pelirroja la hubiera insultado y gritado millones de cosas para que la dejara en paz, pero solo se dejó hacer, Haruka prácticamente la cargó hasta la avenida principal mientras le decía millones de cosas a las que no prestó atención. No tenía ánimos de nada.

Era tan estúpida, tan tonta.

Se odiaba demasiado por ser tan arisca y su mente solo se enfocaba en seguir pensando en Ryoga.

Lo extrañaba.

Veía a todo pasar por medio de la ventana, el taxi no iba a gran velocidad y eso solo le daba la oportunidad de recordar cada uno de los momentos en los que pasó por ahí junto a Hibiki. En especial cuando regresaban a su casa después de las agitadas noches.

Siempre se vió, de forma inconsciente, como una víctima de las personas que estaban a su alrededor. Fingir una fortaleza que no tenía era difícil y después de tanto, tener ese apoyo por parte de una persona de la que no esperó.

No ganaba nada quejándose, si realmente quería disculparse, aunque eso signifique que luego no se vuelvan a ver, tenía que esforzarse por él.

Ryoga había dado mucho por ella, era su turno.

Busco en su bolso algo de dinero y se lo dió al señor de manera apurada.

—¡Espere! ¡Señorita! Estamos en medio-

Feather - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora