02 ━━ California

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[ELLIE]

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[ELLIE]

Por fin llegamos a la escuela. Ahí estaba yo, rebuscando en mi locker mientras Kyle ya se había ido a nuestra clase. Después de revolver entre un montón de papeles y libretas, logré encontrar mi libro. Justo cuando me giraba para cerrar la puerta, vi de reojo a una chica que pasaba a paso rápido hacia la oficina del director. Era pelirroja y llevaba una patineta bajo el brazo. Parecía un poco molesta, pero no le di mayor importancia y seguí mi camino.

Entré al salón y me senté al fondo, detrás de Kyle, mientras él ya estaba revisando sus apuntes. Saqué mi libreta y me puse a hacer algunos garabatos para distraerme. Esta clase era la peor, y dibujar era la única forma de no quedarme dormida.

—Cien mil millones —empezó el profesor, pero fue interrumpido por el director, que entró con la chica pelirroja que vi antes—. Ah, debe ser la nueva estudiante —murmuró el profesor, mirando al resto de la clase.

—Así es. Toda tuya —dijo el director, dejándola sola al frente del salón, y luego salió rápidamente.

La chica estaba a punto de buscar asiento, pero el profesor la detuvo con una seña.

—Muy bien, espera ahí. No será tan fácil. Acércate, no seas tímida —dijo el profesor, haciéndole una señal para que se acercara con una sonrisa burlona. Luego me señaló—. Ellie, redoble de tambores.

—No me metan en eso —respondí, alzando las manos para desentenderme.

La pelirroja me lanzó una mirada intensa. Sus ojos azules tenían algo... no sé, diferente.

—Bueno... ¡Dustin! Redoble de tambores —pidió el profesor.

Dustin, siempre dispuesto a hacer ruido, golpeó la mesa con las manos, imitando un redoble mientras soltaba una risita.

—Clase, denle la bienvenida desde la soleada California, a la última pasajera que se nos unirá en este viaje de curiosidades, Maxine.

—Soy Max

—¿Disculpa? —preguntó el profesor, arqueando una ceja.

—Nadie me dice Maxine. Soy Max

Los chicos empezaron a murmurar entre ellos, y aunque no alcanzaba a entender todo, escuché que decían "MadMax" entre susurros.

Max se sentó cerca de mí, y no pude evitar notar que los demás la miraban con curiosidad. Normalmente no me interesaba tanto alguien nuevo, pero Max tenía algo intrigante en su actitud, como si no le importara lo que pensaran los demás. No pude evitar sentir curiosidad.

Kyle se giró para mirarme, y con una sonrisa cómplice, susurró:

—MadMax. Ella es la que venció a Dustin —dijo, levantando las cejas, como si fuera un gran descubrimiento.

Max se sentó justo a mi lado y, por un instante, nuestras miradas se cruzaron de nuevo. Sentí una especie de electricidad, aunque aparté la vista rápidamente, sin querer darle demasiada importancia.

Lazos ocultos | Max Mayfield Donde viven las historias. Descúbrelo ahora