𝐏𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 || KokuDou [Bl] [Libro 2]

➽Paternidad; Llanto + amamantar

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No debiste pelear con muzan - sama. Koku...

El burdeo poseía su haori algo destrozado, su hakama estaba roto también, dando señal que perdió una extremidad. El por qué estaba así, era simple, cuando visualizo a tantos demonios en un mismo cuarto, que, lastimosamente, podía saber que poseían sangre suya (no directamente, pero poseían), se volvió agresivo en cuestión de segundos.

─ Yo...lo siento. No supe que me pasó...

─ ¿Es por yoriichi - dono?. Koku, piensa qué...apesar de que son hijos de él, al menos, tienes a sus niños quienes podrán estar contigo, como un símbolo de que tú otōto aún no se ha ido del todo. ─comentó comprensible douma, algo cansado.

El burdeo asintió. Se quedó en silencio para posteriormente ver cómo el rubio se relajaba rápidamente y verlo dormir finalmente, la respiración era tan lenta y calmada que no sé atrevió a cuestionar las palabras de su pareja. Pero ignorando lo que sucedió. Visualizo a sus dos hijos, aún no tenían un nombre a pesar de que han nacido ya hace casi dos horas, aún es tarde, pero desea llevarse a sus hijos y a su pareja a su finca, lejos de tanta multitud...

─ Tiene el mismo tono de cabello que douma...

Pensó kokushibo, con sumo cuidado alzó a su hijo menor, quién se removió sutilmente, tan callado, puede decir que el peli ceniza pequeño no fue el que más lloró, más bien el menor era más intenso en base al llanto. Lo apego a su dorso, observó aquellas mejillas rojitas y algo regordetes, luego acaricio con amabilidad las hebras burdeas de su pequeño niño. Quién sollozo sutilmente ante el repentino toqué, el bebé mayor se removió nervioso.

─ Es inquieto cuando escucha al menor llorar. ─pensó nuevamente kokushibo. Dejo al mayor junto a douma quién dormía plácidamente aún, cargando al más pequeño, quién empezó a lagrimear y llorar a un volumen más alto─. Tranquilo...

Comentó con su voz rasposa, pero suave también, ocasionando enseguida el silencio de su hijo, quién está vez siguió con su mirada a su padre (apesar de que un bebé recién nacido no suele abrir y ver prácticamente casi nada). Eso lo calmó, observó al mayor quién se removía, pateando y alzando sus pequeños pies, ahí supo quién era de los pequeños que pateaba cuando hablaba.

En términos de llanto, sus hijos eran calmados, por ahora, sabía que un menor lloraría por diversas cosas, ya sea por atención, miedo o alguna necesidad básica.

─ Hey, ¿Se puede?. ─preguntó akaza, esperando y está vez sin ingresar bruscamente.

─ Pasa. ─canturreó suavemente kokushibo, apegando al pequeño a su dorso. Era como cargar a un pequeño bebé gatito.

─ Uh. ¿Ya están despiertos?. ─preguntó nuevamente akaza. Su voz era mucho más calmada y tranquila.

─ Mh.

El peli rosa se sentó junto al burdeo, la diferencia de estaturas era muy clara, pero el de rayas venía principalmente a ver a los pequeños, quienes están tranquilos.

─ ¿El rubio es el mayor, no?.

─ Si.

─ ¿Qué pasa si lo cargó?, ¿Morderá?.

─ Akaza... ─reprochó kokushibo.

─ Es broma, es broma. ─sonrió el más bajo. Con cuidado alzó al pequeño mayor, quién se removió algo inquieto por sentir una presencia y voz ajena, pero se le hacía levemente llamativa─. ¿Y como se llaman?, ¿Te imaginas qué sean como douma?, kami, harán un desastre total.