𝐏𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 || KokuDou [Bl] [Libro 2]

➽Paternidad; Habitación del bebé

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Kokushibo realmente no recuerda haber decorado la habitación de sus antiguos descendientes, se lamenta no haber disfrutado de sus antiguos niños. Pero, ¿Estaría mal disfrutar de la paternidad nuevamente?.

Con cuidado pasa su mano grande en las paredes de su antiguo hogar, donde alguna vez, sus hijos habían crecido, donde su matrimonio creció y se consumió. Aún guarda cosas de la antigüedad, realmente debería ser celoso con algunas cosas, un ejemplo claro, era que deseaba adelantarse en preparar una habitación cómoda para sus gemelos...suspiro resignado. Acomodó unos peluches interesantes que encontró la vez anterior, monto un pequeño estante, donde ahora dos zorritos rojos estaban en la parte superior, siempre pensó que douma se veía como un zorrito.

También en una esquina dejo la cuna que le llamo la atención, observó la cuna con aquellos tiernos detalles de gatitos. Asintió satisfecho al ver su poco trabajo pero algo es algo. Luego visualizo la ventana, era de noche por lo que estaba abierta, así que continúo con su faena. Sabía que douma deseaba poder participar en cualquier cosa que tuviera que ver con sus hijos, pero realmente quería prepararlo él, así se sentía orgulloso de intentar ser buen padre.

Tomo con cuidado otro estanque pequeño, que estaba un poco más abajo que el otro estante de los zorritos, dejo libros infantiles, cuentos cortos y pequeños libros donde se pudiera colorear. Los acomodó y continúo organizando la pequeña habitación, realmente reconocía que la cuna era grande, pero era bueno, ¿No?. No pensaba separar a sus niños, sabía que un fuerte lazo era mayor en hijos gemelos, trillizos y así. El mismo fue alejado de su gemelo y termino mal, así que evitaría hacer lo mismo.

Dejo pequeñas colchas suaves y calentitas en la cuna. Había ido una noche a comprar dos campanas, está vez sus encargos fueron una campana de luna y otra de sol, el tintineo de la campana solar era más suave y el tintineo de la campana lunar era más intenso.

Las colgó cerca de la ventana, donde a la mañana siguiente el viento atravesaría la ventana abierta y el sonido cautivaria aquel hogar silencioso.

Siguió acomodando las demás cositas que compro, se encargo de buscar peluches, con poco pelitos, y también quiso tener unas pequeñas mascotas. Principalmente obtuvo un gatito blanco con diferentes manchas, era pequeño y dormilón, el cuál le puso nombre de fuyu debido a los ojitos color azul gélido. El animal dormiría en la habitación por ahora...

Compro peces koi, los cuales abundaban en su estanque, se encargo de remodelar su hogar para que el oji arcoíris se adaptará un poco, planto flores de loto y nenúfares, así le recordaría al rubio su templo. Si, diseño su hogar para también el conveniente de su pareja, escucho la puerta shoji y observó al peli negro-verde.

─Ya vi la habitación, es muy linda...

─Mh.

─¿Que haces?.─pregunto gyutaro, agachándose junto al peli burdeo, quién movió sus manos, agitandolas.

─Alimentaba a los peces...

─Oh, entiendo.

Kokushibo era callado, y gyutaro también, el contrario era silencioso, y tranquilo. Al burdeo le agradaba, solían jugar juegos de mesa, hablar sutilmente, incluso el oji dorados era quién le aconsejaba en algunas cosas.

─Traje unos juguetes para mis otōto-tachi...─si, kokushibo sonreía internamente, el peli negro-verde era cerrado, en especial la primera vez que lo trajo a su vieja finca para que lo ayudara, hay fue donde escucho como gyutaro llamaba a sus hijos como;"otōto-tachi", eso debido a que fue por un descuido.

─Está bien. Puedes dejarlos en el tatami, luego comprare una caja para guardarlos...

─Bien.

Gyutaro se levantó y fue a la habitación. Kokushibo siguió alimentando a sus peces, sonreía levemente, recordando la actitud de gyutaro, era un hermano mayor comprensible y que adoraba cuidar a su hermana menor. Sabía que sus hijos tendría buenos hermanos, daki tampoco se quedaba atrás, desde que cambiaron su rutina, han iniciado esos fuertes cambios, muchos demonios superiores cambiaron de actitud. Daki se volvió comprensible y dejaba de ser infantil en algunos casos.

Rebusco en su haori, y saco una pequeña bolsita de tela con flores, la abrió y observó su flauta de madera vieja e intacta y la de su hermano menor...la que estaba partida. Suspiro levemente, su expresión de opacó un poco. Cuando naciera el primer gemelo, le enseñaría a hacer una flauta de madera, luego le enseñaría a tocar una suave melodía, esa melodía se encargará de consolar al menor.

Guardo sus flautas y siguió observando a los peces, deseaba darle esa sorpresa a douma, una vez que el rubio tuviera la panza lo suficientemente grande, sería cuando lo traería a su finca. Por ahora debía organizar su cuarto y futón matrimonial.

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