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Se encontraba todavía confundido y sin saber bien cómo contestar.
El castaño aún lo miraba, seguro esperando su respuesta.
Duxo tuvo ganas de aceptar, decirle que si al oji miel e intentar siquiera por una vez en su vida no complicarse y hacer fácilmente una amistad. Después de todo, no le haría daño tener más que dos amigos.
El impulso estaba ahí.
Pero tras pensarlo un momento, suspiró y tomó una decisión.
Agachó la cabeza antes de hablar:
—No. Lo siento, no me gusta tener amigos.
Bueno, ya lo había dicho. No había vuelta atrás. O eso había pensado hasta que vio al castaño inclinándose para poder mirarlo de frente. Duxo se sonrojó de golpe y volteó todo su cuerpo para esquivar la mirada del oji miel.
¿A éste men qué le pasa? Ya le dije que no.
—¿No te gusta tener amigos? —Escuchó que el otro le preguntaba con curiosidad, al parecer sin intenciones aún de irse— ¿Por qué?
Duxo refunfuñó para sus adentros , un tanto enojado por tener que responder algo así de nuevo cuando la última vez que lo había hecho había sido hace meses con Natalan, y menos mal que el heterocromático lo había entendido y por eso había dejado de insistirle para ser su amigo.
Aunque con Natalan le había resultado fácil... Un simple "Porque no" y ya está, el heterocromático se había ido tras eso y de ahí no volvió a insistir nunca más con el tema, algo que el oji lila agradecía internamente cada que hablaba con el guatemalteco.
Pensó seriamente en responderle a Aquino lo mismo que Natalan en ese entonces y listo, problema resuelto, pero al voltear a ver nuevamente al castaño y notar su expresión de tristeza no pudo evitar sentirse un tanto mal y pensárselo mejor.
Aún así, no dudó por mucho tiempo. Casi nunca era de dudar.
—Simplemente no me gusta. —Dijo por fin, con intenciones de terminar la conversación ahí y no tener que volver a hablar con el oji miel, al menos no como amigos, siempre podría llegar a considerarlo un compañero de clase como a Natalan y ya está.
Pero el castaño, lejos de alejarse, volvió a hablar:
—Por favor. Realmente quiero ser tu amigo.
¿Qué onda con este webón?
—Ya dije que no.
Vio al otro agachar la cabeza y volvió a sentirse un poco mal, pero no pensaba retractarse en ese punto. Estaba bien como estaba, no necesitaba más amigos. Y menos un amigo como Aquino que lo hacía sentir raro si lo miraba a los ojos por mucho tiempo. No le parecía normal y no quería arriesgarse a confiar en él así nomás.