3. Stark Targaryen.

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A las afueras de Winterfell habían organizado de manera muy rápida y eficiente una pira funeraria para Rhaella Stark Targaryen, todos sus familiares vestían de negro y se habían posicionado al lado derecho de la pira.

Lord Rickard Stark, quien fue esposo de Rhaella, rodeó con sus brazos a sus hijos mayores, Cregan y Daenys Stark y a su vez, estos abrazaron al hijo menor Edd.

Viserys se posicionó junto a su esposa e hijos, y a su otro lado se encontraba Rhaenyra también junto a sus hijos.

Daemon avanzó varios pasos frente a todos los demás, bajo la atenta mirada de su dragón Caraxes, dejó que una lágrima escapara y rodara por su mejilla.

Prometo que los protegeré —susurró en valyrio para su difunta hermana.

Daemon estaba satisfecho de haber logrado un acuerdo con Lord Rickard, pero jamás creyó que sería tan difícil para el pronunciar las últimas palabras.

—Dracarys.

Caraxes emitió un chillido agudo, sacudió su cuello y luego de tomar una bocanada de aire escupió fuego sobre el cadáver de Rhaella convirtiéndolo en cenizas.

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El banquete de esa tarde había sido completamente silencioso, apenas se emitían un par de palabras y solo se escuchaba el sonido de los cubiertos chocando contra los platos.

A petición de Viserys, sus hijos menores, sus nietos y sobrinos se habían sentado juntos a comer.

Está vez Daenys había decidido sentarse junto a su hermano Cregan y su prima Helaena, quien a su vez se había sentado junto a Jace.

Sorprendentemente todo transcurrió de manera pacífica y se respetó el luto por el que pasaban los familiares cercanos de Rhaella.

Al salir Daenys se juntó con Helaena, quien decidió pasar el resto del día encerrada en su cuarto mientras leía.

—¿No estás aburrida? —preguntó Helaena sacándola de sus pensamientos.

—No —respondió Daenys rápidamente—. Me gusta estar junto a ti, el silencio se siente muy agradable —admitió sonriéndole.

Helaena cerró su libro y la miró con curiosidad.

—¿Por qué detestas a Aegon?

Daenys rió, creyendo que Helaena bromeaba, pero al ver su expresión curiosa entendió que la pregunta era en serio.

—¿Por qué tú no detestas a Aegon? —preguntó Daenys con diversión, tocando la nariz de Helaena con su dedo índice.

Helaena soltó una risita —Porque es mi hermano.

Daenys hizo una mueca ante la respuesta y suspiró.

—Creo que Aegon y yo tenemos muchas diferencias... Diferencias que somos incapaces de tolerar.

Helaena asintió y su mirada se perdió en el fuego de la chimenea.

Daenys frunció su ceño, pensando seriamente en la pregunta hecha por su prima. ¿Por qué detestaba a Aegon? Probablemente por su inmadurez, el idiota era incapaz de tomarse las cosas en serio y hacía burla de todo... También odiaba su falta de empatía con todos los demás, nada le importaba más que beber vino y andar con doncellas... Pobres doncellas.

—¿Que estás haciendo ahí? —escuchó la voz de Aemond.

Daenys giró rápidamente hacia la puerta en la que se encontró con Aemond.

—Estoy con Helaena —respondió Daenys—. ¿Algún problema?

Aemond la miró sin decir nada por varios segundos, ladeó su cabeza y luego negó adentrándose a la habitación.

El Lobo y el Dragón - Aegon Targaryen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora