6. Inmadurez.

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Los últimos días habían sido bastante movidos en Winterfell ya que el rey, la reina y la princesa heredera tomarían su camino de vuelta a sus fortalezas, todos los sirvientes y criados se encontraban caminando de un lado a otro para llevar las cosas hacia los carruajes y asegurarse de que todo estuviera en orden.

Daenys caminó con rapidez y se ocultó detrás de uno de los muros del patio. Al principio le había parecido divertido y curioso la manera en la que Aemond había cambiado su comportamiento a uno más "amigable" para ganarse su simpatía, pero pronto la diversión había acabado y había sido reemplazada por la presión y la incomodidad.

Con Jace pasaba algo parecido, él no había cambiado su personalidad ni nada de eso, bueno, tal vez un poco, ya no la llamaba fea ni bromeaba como antes, ahora había cambiado sus bromas por un coqueteo descarado que al inicio a Daenys le había parecido tan gracioso que le había seguido el juego, pero ahora le resultaba muy irritante.

Así que en resumen, ahora se ocultaba de ambos porque quería un poco de paz y debía admitir que le parecía muy divertido ese juego de esconderse y tener que ser encontrada.

Varias criadas pasaron en grupo llevando varias cestas llenas de algo, así que Daenys aprovechó para caminar junto a ellas y camuflarse, no tardó en divisar el escondite perfecto, un pasillo que había quedado a medio construir y que terminó siendo un agujero sin salida.

Sin pensarlo mucho corrió hacia allá.

—¡Mierda! —gritó Daenys asustada, al instante Aegon se lanzó sobre ella para tapar su boca.

Aegon se estiró para asegurarse de que nadie los hubiera escuchado o visto.

—¿Estás demente? —susurró Aegon mirándola mal—. ¿Que haces aquí?

Daenys rodó los ojos y lo empujó intentando que la soltara, como Aegon no la soltó, no vio más remedio que usar su arma secreta, lamer su mano.

—¡Ew, que asco! —exclamó Aegon soltándola al instante pasando su mano por su ropa de manera exagerada para limpiarse.

Daenys le tapó la boca —Has silencio, ¿Sí?

Aegon asintió pero no iba a dejar escapar su oportunidad para vengarse, así que lamió la mano de Daenys intentando llenarla de más saliva de lo que ella lo había llenado a él.

Daenys lo soltó y con rapidez escupió esa misma mano e intentó pasarla por el rostro de Aegon, quien lamentablemente había sido más rápido y había logrado detenerla al tomarla de la muñeca.

—Eres una asquerosa —susurró Aegon con una mueca, forcejeando con ella para evitar que pasará su mano por su rostro.

—Tengo entrenamiento —susurró Daenys encogiéndose de hombros.

—Ya detente —ordenó, tomó su otra mano y la pegó al muro—. Escucha, ambos nos estamos escondiendo por una razón, si sigues así nos van a encontrar a ambos.

Daenys frunció su ceño mirando a Aegon, debatiendo si valía la pena llenarlo de saliva a cambio de ser encontrada.

Aegon la contuvo, esperaba paciente una respuesta por parte de ella, él sí que no estaba dispuesto a ser encontrado, planeaba esconderse la mayor cantidad de tiempo posible, luego se infiltraría entre los soldados e iría a King's Landing, una vez allá no podrían hacerlo regresar.

—Bien —aceptó Daenys mirándolo a los ojos.

"Tiene lindos ojos", pensó Daenys, pero inmediatamente hizo una mueca de asco y negó, "¿De verdad pensé eso? Que asco".

—Promételo por tus dioses —ordenó Aegon alzando una ceja.

—Lo prometo por los dioses antiguos —dijo Daenys con fastidio.

El Lobo y el Dragón - Aegon Targaryen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora