Tratando De Ocultar Mi Embarazo ©

capítulo 2

No todo podía ser color rosa, ni un cuento de hadas, ni una noche de pasión perfecta, mi cara es un dilema, un poema de terror.

— ¡Mierda! — Exclame Asustada, me tape la cara con las manos, no lo quiero ver, ni oír. Juro que si se acerca le pegaré  un derechazo que me recordara toda su vida.

— ¿Qué coño te pasa? — pregunto fastidiado.

— ¿Quién eres?—  respondí con otra pregunta, fue lo único que logré articular, realmente estoy en shock.

Esto debe ser uno de mis locos sueños, ¡Vamos Clare! ¡Despierta ya! «acéptalo te acostaste con un desconocido »

— Me llamo John — se presentó, ¿como puede estar tranquilo? ¡carajo!, mientras yo estoy hecha un manojo de nervios. Esperen,  yo lo conozco,  Me congele por unos segundo, realmente soy una estúpida « ups me equivoqué no es un desconocido es el hermano de tú novio»

— ¿John que sucede? — alguien pregunta del otro lado de la puerta, para mi reverenda suerte, es Daniel, Dios ¿qué tienes en contra mío?

—Me tengo que esconder, ayúdame — susurre suplicante.

—¿Por qué? — preguntó confundido.

— Porque Soy la novia de tú hermano — masculle un poco irritada.

Su cara se desfiguro, sus ojos de abrieron como plato y se puso bien pálido.

—¿Con quién estás? — volvió a preguntar — voy abrir, espero que estes vestido.

— escóndete debajo de la cama — susurro.

me escondi debajo de la cama sin hacer ruido, me quede tiesa como muerta.

La puerta se abrió, vi a Daniel, mi corazón comenzó a latir desenfrenadamente, realmente sentía mucha culpa.

— ¿Donde está? — preguntó mientras buscaba por la habitación — no creo que hayas sido poco caballero y haberla hecho salir por la ventana.

— No hay nadie hermano, dormí solo— respondió nervioso.

Daniel camino por la habitación y se detuvo a los pies de la cama, ahora si que es mi final.

— Entonces si estuviste solo ¿De quien son estas tangas?— preguntó divertido – te ves nervioso hermanito.

Daniel miro a John levantando una ceja, de agacho para mirar debajo de la cama, mi corazón empezó a latír a mil, mi respiración se aceleró, ahora si que valí verga.

— ¡Daniel! ¡John! ¡ VENGAN A ORDENAR ESTE DESASTRE AHORA! — grito una señora, mi suegrita.

Ambos hermanos salieron de la habitación, acatando la orden de su madre.

Salí debajo de la cama como alma que lleva el diablo, estoy  completamente desnuda, camine lenta y cuidadosamente por el pasillo para llegar a la habitación de Daniel, busqué en su armario alguna prenda mía...¡BINGO!

Me vestí apresurada, bajé por el árbol que se encuentra justo afuera de la venta, me raspe hasta el alma pero ya estoy afuera de esa casa, puedo Respirar tranquila. Camine por la vereda sumida en mis pensamientos, me metí en un problemon bien gordo, como mirare a la cara a Daniel sin sentirme la peor de las peores, la más zorra de las zorras.

Entre a la casa aun pensando en la cagada que me mandé, realmente me merezco un pedazo en el infierno.

— ¡CLARA MCKENZIE! ¿ DONDE RAYOS HAS ESTADO? — preguntó mi madre molesta puso sus manos en su cintura, moviendo la punta de su pie.