Catorce: Cambios

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Catorce

Cambios


Draco miraba donde por última vez había visto a Hermione, aun tenia a Astoria entre sus brazos y todo parecía que por lo menos en las próximas horas ella no se soltaría de su abrazo. Estaba tiritando de miedo y llorando, probablemente nunca en su vida –al igual que él- había escuchado disparos, por lo menos no en vivo. Draco había visto en un par de escenas de acción, pero nunca pensó que viviendo en el mundo muggle, donde era una persona más, alguien los hubiese buscado para abrirles fuego.

Las personas que vivían en los edificios cercanos se estaban asomando por sus ventanas y otros estaban bajando a saber qué había pasado, por supuesto el sonido de los ventanales no había pasado inadvertido por nadie.

No sabía si Hermione había sufrido alguna herida. Se sentía culpable por no haberse lanzado a protegerla, justo cuando vio llegar una patrulla policial al lugar. Suponía que Hermione al haber podido aparecerse, significaba que estaba bien y no quería que Astoria la viera. Sin embargo se sentía vacío de cierta forma por no haber estado para ella.

Luego de las preguntas de rigor por parte de la policía y después de citarlos a declarar, tomó en brazos a Astoria para subirla a su departamento y la dejó descansando en el sofá. Y fue a su dormitorio buscando a Hermione pero grande fue la sorpresa de él al verlo vacío. Miró el rincón donde ella había dejado su pequeño bolso y ahí estaba, desesperado recorrió el departamento completo, pero no había rastro de ella. No entendía por qué Hermione de pronto había dejado el departamento. Fue al sofá y se percató de que Astoria seguía dormida, tomó un papel y le dejó una escueta nota donde se excusaba por no estar cuando ella despertara y además le despedía, esperando que cuando estuviera bien, pudiera partir a su casa, ojalá en la brevedad.

Al llegar a la casa de los padres de Hermione, para su sorpresa, pudo entrar, sin embargo ella ya no estaba allí. Subió a la habitación y encontró las cosas de ella desordenadas en comparación con el orden que ella mantiene siempre, encima de su cama los boletos de avión que ella había ido a retirar hace unas horas y a sus pies encontró unas bolitas manchadas con sangre. Su cabeza que trabajaba a toda velocidad, empezaba a encontrar las razones por las que podría haberse ido y además qué le había pasado.

Draco estaba realmente preocupado Hermione debió sentirse sola y asustada. Draco no sabía qué hacer, ella ya no estaba en su casa y no había otro lugar que el conociera donde podría estar. En Grimmauld Place – pensó- Pero aparecer ahí sería... Weasley y Potter estarían allí- negó con la cabeza mientras salía de la casa de Hermione. Pero aunque fuese loco ir donde vivían los amigos de ella, lo dejaría como último recurso.

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- ¡En qué carajos estabas pensando Ben! – Gritaba Xavier, que le habían despertado una hora antes que de costumbre para avisarle que su día al igual que los de la última semana... sería una basura- ¡Ahora tendremos que evadir a la policía! ¡¿Cómo demonios crees que eso es fácil?! ¡¿Cómo se te ocurre hacer tremendo escándalo?!

- Señor... yo...

- ¡No me hables! Porque te lo aseguro, ¡te vuelo los sesos!

- Señor, nunca había trabajado con la gente que John envió

- y tú confías en John... - dijo irónico- ¡te recuerdo que es un maldito mafioso inepto y con sed de chantaje! ¡No porque sea mi asistente de campaña significa que confío en él, imbécil!

- No fue nuestra intención, bien tiene ahí la prueba de que yo dispare con balas de sal- apuntó una pistola que efectivamente tenia balas de sal

El Poder de las Piedras Preciosas (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora