Siete: Alquimia

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Siete

Alquimia

Draco separó sus labios de los de Hermione para luego mirarla, pero no cambiaban su posición. Sin embargo el territorio donde ambos estaban en este minuto era arriesgado y poco cómodo.

Draco sabía que si no paraban en ese instante ya no se podría controlar, su cuerpo ya lo estaba delatando y al ver a Hermione tan febril le daba a entender que ella tampoco estaba completamente controlada. El momento era lejos el más excitante que había tenido hasta ahora, supuso que si ambos seguían, Hermione iba a superar cada una de sus expectativas.

La Hermione que él muy poco conocía, en este momento se había convertido en una mujer sensual y muy coqueta, sus besos eran exquisitos, apasionados y muy diestros, además de ser muy asertiva con sus caricias, Draco se sintió orgulloso de hacer aflorar tan sensual parte de ella. En su mente pasaron ideas de que si sólo con sus besos y tacto había descubierto a una Hermione tan así, ¡cómo sería si pasaran a un siguiente grado!

Supongo que me dejaría sin habla… - pensó con malicia Draco - me alegro de que Hermione no se haya dado cuenta de lo que está pasando en mis pantalones

Hermione por su parte se preocupó -y mucho- de que si no se controlaba terminaría entregándose a Draco y en el baño. Y definitivamente ella no quería su primera vez en ese lugar.

Y de un momento a otro Hermione bajo rápidamente su pierna y se sonrojo provocando una sonrisa en Draco.

- ¡¿En qué minuto yo me convertí en eso?! ¡Hermione, en qué minuto se te ocurrió poner tu pierna encima de Draco! - PensóHermione - ¡no me está importando estar a punto de entregarme a Draco, pero si me importa si es en el baño o no! ¡Enfócate Hermione, tu aún no quieres esto!

- Creo que no es bueno tanta prisa… lo siento Hermione, ehm… te puse en esta situación, pero creo que nos estamos pasando… yo… me estoy aprovechando de ti…  - dijo Draco seriamente, fijándose en cómo el rostro de Hermione se relajaba un poco, pero entendió que decirle eso hacía que ella realmente tomara en cuenta lo serio y centrado que él podía ser, pero aunque ni el mismo se lo creyera, la respetaba.

- si… yo también lo siento… no sé qué me pasó, yo no soy así -

- No te preocupes, yo también me olvidé de que estamos en el baño y me descontrolé… pero quiero que sepas Hermione, no quiero esconderte lo que es obvio… en verdad yo quiero esto, aunque no sepa que si es serio realmente-

Hermione quedó por primera vez en su vida con su mente completamente en blanco a causa de él, al comportarse así había sacado una parte de ella que desconocía, pero fue Draco el capaz de encontrar eso antes y eso la dejó pasmada, además de la gran seguridad -ya conocida- que tenía el rubio.

- Gracias por ser sincero conmigo Draco, pero estoy un tanto extrañada de mi misma, por lo general soy muy controlada.

- Yo también soy muy controlado

Ambos sonrieron, sin embargo el momento no pudo durar más. Se sintieron unos pasos afuera, Draco y Hermione se miraron preocupados, definitivamente no los debían encontrar en el baño de mujeres y tan cerca uno del otro. Draco no lo pensó dos veces y fue hacia su maletín, lo cogió para luego esconderse en una de las literas. Hermione mientras, se giró hacia el lavamanos para mojarse nuevamente la cara.

Sintieron abrirse la puerta, la persona que estaba afuera probablemente había sentido el agua del grifo, era McGonagall.

- Señorita Granger… no me la imaginé perdiendo clases - la mujer miraba por sobre sus lentes- ¿Está sola?

El Poder de las Piedras Preciosas (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora