Etapa Cumbre

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Carolina:

Tengo que llamar a Bautista, con todo lo que se viene no puedo darme el lujo de dejar a Bruno tan tranquilo por ahí y tengo que recuperar a Daniel, puedo convencerlo, tengo que convencerlo.

En estos momentos Carolina estaba realmente desesperada, ya no importaba nada, ni la carta del padre de Daniel, ni los dramas con todo lo que pasó... solo hacer que Daniel volviese a verla como su madre.

Comprenderla no es tan dificil si se tiene hijos, todas las madres anhelan verlos felices, quieren ver sus deseos cumplidos, quieren ver a sus hijos sonrientes y dichosos y claro, quieren principalmente estar ahí y poder compartir con ellos... son pocas las que logran entender que la vida de nuestros hijos tomas giros, que son ellos quienes deciden y quienes finalmente viven su propio destino. No, no podemos como madres aferrarnos al control ya que eso puede implicar perderlos... ver la tristeza en ellos no es peor que no verlos jamas pero ella, Carolina De Madero, siempre criada como niña rica, casada con un prominente hombre y rodeada de gente tan vacia como ella. Su vida no ha sido realmente dura, si es cierto, se podría decir que ella intervino en la relación que tuvieron los padres de Pepé, muy ayudados por la madre de este, es decir la abuela de Pepé, gente rica y distinguida que no pensaba que involucrarse con otras clases sociales era favorable... en fin Carolina, ha estado toda su vida acostumbrada a codearse con gente de la alta, a creer que por tener dinero puede tratar mal a todos, encima es una mujer bellisima, eso no podía negarse, incluso para su edad, levantaba miradas y llegó a tener pretendientes pero su egoismo es tanto que puso todo su enfoque en las empresas, para esta labor Bautista se hacia cargo de gran parte del trabajo en campo, de poner orden y control y se alejo de la vida de oficina, la cual Carolina manejaba muy bien. Veremos que logra en su desespero, ya finalmente habia hablado con él y se encontrarían al día siguiente, seguramente para discutir que hacer con Bruno, a quien sinceramente quisiera tenerle algo de lastima, de piedad, pero ha sido como bien dijo ella, un ladino.

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Se que estamos esperando el amanecer, ya recuerden que Pepé quería irse y labrar una estrategia para volver, pero Rosmery de alguna forma buscó ayuda, Felipe le envió dinero y esta se fue a media tarde... Pepé la verdad estaba sorprendido.

- Es que se me hace muy raro que haya salido así tan de la nada... de verdad Tegua, crees que se fue?

- No le convenia seguir aquí, tu le obsesionas, pero en su situación no podía quedarse esperando por ti... además te dije que robo mi celular varias veces para hacer unas llamadas.

- ¿Tienes el numero, al que marcó?

- No, pero tu eres quien debe irse ya, no crees que ella podría vengarse? enviar a alguien aquí? Recuerda su amenaza...

- Es cierto Pepé, debes salir de aquí inmediatamente, no es nada bueno que esa muchacha haya salido, tendría un plan para irse tan campante y estoy seguro que quedarte hasta el amanecer no es buena idea. - Dijo el licenciado mientras soltaba un respiro del humo de su cigarrillo.

- No podemos dejarla aquí - dijo Pepé refieriendose a Tegua.

- No tengo temor, ni nada que esconder luego que tu te hayas ido.

- No puedo hacer eso y dejarte aquí luego de lo que has hecho por mi...

- Tegua, bien podrías venir con nosotros - dijo el licenciado quien fue interrumpido.

- Les agradezco a ambos, gracias por el dinero que me dieron, lo usare para visitar a unos familiares, quiza la semana proxima... por el momento no levantaré sospecha, no me iré con ustedes, pero procuraré no estar aquí esta noche.

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Soledad:

Mirando el ocaso, naranja y purpura las nubes, el mar ya calmo y oscurecido, adornado con pequeños barquitos de pescadores y sus lucecitas para cuando llegué la noche. El viento susurraba una melodia que llenaba todo el espacio de una tranquilidad que no encontrabas sino mirabas al mar... estaba en la casa de Pepé, de su madre, esta preparaba un espeso chocolate caliente mientras Soledad se deleitaba con el silencioso paisaje...

-Sientate, espero te guste.

- Muchas gracias... es muy bonito aquí, muy calmado.

- Por eso me gusta, es ideal para mi. - dijo la mamá de Pepé con orgullo de tener a su nuera en casa, vivia en una bonita casita a la orilla del mar, en un pueblo pesquero. La gente del pueblo la conocía y todos parecian llevarse muy bien, el lugar era precioso. Su casa tenía una sala amplia y un largo pasillo a la cocina, por fuera, en la enramada, una escalera que llevaba a las habitaciones, ya que su casa también servía de posada, la gran mayoría de eran trabajadores que llegaban al pueblo o turistas... parecía una vida calida, perfecta.

- Pepé... creció aquí?

- Si, aunque viajaba y se iba con el licenciado, ya luego mas grande con los amigos y se fue a vivir solo, quería tener sus propias cosas.

- Si, claro... y usted, usted ¿como ha estado?

- La verdad muy tensa, quisiera haber ayudado, estar un poco más involucrada pero mi vida aquí y bueno, mi hijo, ambos son muy independientes, siempre llaman, no se olvidan de mi pero no pueden estar a mis faldas... solo que me duele, me duele no haber estado con ustedes despues de todo lo que ha pasado.

- Ha sido un sufrimiento todo esto...

- Si, lo de su bebé y luego lo de Pepé... de verdad lo siento tanto Soledad.

- Yo estoy mejor, ya me levanto de la cama al menos y decidí venir aquí, alejarme un poco de todo eso... pero me persigue sabe? No puedo dormir bien pensando en él... no se ni que digo, usted es su madre y sabe el dolor de perderlo... - Soledad sentía tan vivo el recuerdo de todo lo que tuvo con él, hablar de eso la hacía sentir tan debil, sollozaba cada vez que decía su nombre - Sabe, algo dentro de mi me decía que no murió, que fue todo mentira... que volveria.

Su suegra la miraba fijamente, quería decirle lo poco que sabía, veía que realmente esta muchacha amaba a su hijo.

- Dicen que nunca encontraron su cuerpo, a mi como madre eso me ayudó a conservar la esperanza.

- Si, creo que eso es lo que ha jugado con lo que siento... no poder haberme despedido propiamente. No me importa si huyó con ella.

- La otra mujer... bueno, no era ya nada de él hasta donde sé...

- Pero se fueron juntos... se supone ibamos a irnos esa noche y pasó esto.

Quería tanto decirle la verdad, justo cuando iba a hacerlo sonó su celular.

- Disculpa hija, dame un segundo debo contestar, hay unos turistas que venían y no llegan, quizá sean ellos.



Hola gente, porfa traten de leer, VOTAR y dejarme algun comentario, saber si les gusta y sugerir cosas... el siguiente capitulo si logramos más de 2 comentarios, lo bautizo con el primero!

PXNDX Fanfic - El señor José Madero, un corazón salvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora