ᵀʳᵉˢ

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-¿Sabías que Kacchan se casará conmigo cuando seamos grandes? - Dijo un pequeño peliverde con orgullo.

-Eso es imposible - comentó Uraraka. ¡Son hombres!

Deku se sintió decepcionado, mientras Uraraka miraba asustada a Deku sintiendo el peso de la culpa al ver que hirió a su amigo.

Pero puedes casarte conmigo si quieres - propuso ella. Ambos quedaron en silencio. - Mejor le preguntamos a mi papá si es posible lo que quieres.

Ambos chicos caminaron emocionados uno detrás del otro, pero al hacer la pregunta, el padre quedó horrorizado.

-¿Quién les enseñó eso? - tomó a Uraraka fuertemente de los hombros. -Fue ese tipo raro, ¿verdad?

Uraraka negó con la cabeza asustada, el padre la soltó. Parecía que esta vez realmente habían hecho algo malo.

-No puedo casarme con Kacchan, ¿verdad? - murmuró triste Deku.

-Midoriya, ¿estás prestando atención? - el profesor Aizawa lo miró severamente. Antes de que el chico pudiera responder, el pelinegro intervino. -Eres bienvenido a marcharte si no te gusta la clase.

Aún algo adormilado, Deku asintió rápidamente. -Sí, lo siento, estoy prestando atención - respondió, enderezándose en su asiento.

-Si vienes a dormir, mejor quédate en casa - dijo Aizawa. Deku sintió cómo su cara se calentaba por la vergüenza. Asintió nuevamente y trató de concentrarse en la lección, aunque un reconocible chasquido de lengua lo distrajo.

Incapaz de evitar mirar de reojo a Katsuki Bakugou, sintiendo el peso de su mirada como la de un león cazando a su presa. Luego, desvió su atención hacia Kirishima, quien le lanzó una mirada de ánimo. Deku apenas pudo devolverle una sonrisa forzada. Tragó saliva y se centró en sus notas, intentando ignorar la creciente tensión que sentía.

Los pensamientos de Deku se acumularon en su mente. "¿Por qué no puedo simplemente ser feliz por ellos?" pensó Deku, frustrado consigo mismo. Apretó el lápiz en su mano e intentó concentrarse en la voz monótona de Aizawa, pero su mente seguía divagando. La imagen de Bakugou sonriendo a Kirishima, algo que Deku rara vez había visto, le hizo desear ser él quien recibiera esas sonrisas y atenciones de Bakugou.

Finalmente, la clase terminó y los estudiantes comenzaron a recoger sus cosas. Deku guardó sus materiales lentamente, evitando el contacto visual. Cuando finalmente salió del aula, se dirigió hacia el pasillo en busca de un lugar tranquilo. Sus ojos se abrieron sorprendidos al ver a Uraraka ahí.

-Uraraka, ¿cómo estás? - se acercó rápidamente a ella, pero su mirada de rechazo lo dejó sorprendido.

-Mi papá dijo que no te hablara - respondió fríamente.

-¿Por qué? - preguntó finalmente.

Era incapaz de sostenerle la mirada. -Lo siento. Mi papá cree que eres una mala influencia.

-¿Es por lo del otro día? - la chica asintió lentamente, y él se sentó a su lado.

-Seguiré hablándote. Lo importante es apoyarnos en las buenas y en las malas - dijo, ella se levantó y se alejó lentamente.

-Jamas lo hiciste - Uraraka lo miró desafiante, el recuerdo se desvanecía, sintiendo el peso de la culpa sobre sus hombros.

-Nunca lo hice - murmuró para sí mismo.

Caminó por el pasillo con la mirada baja, cada paso resonaba como un eco. ¿Por qué le costaba tanto aceptar la realidad? Sentía un nudo en la garganta mientras avanzaba. Miró a su alrededor, buscando una señal de ella.

Quería explicarse, quería arreglar las cosas, pero las palabras parecían traicioneras en su boca. Finalmente, llegó a un rincón tranquilo del pasillo y se detuvo. Cerró los ojos y dejó escapar un suspiro profundo. No podía seguir huyendo de la situación. Necesitaba enfrentarla, necesitaba disculparse.

Entonces la vio. Distinguirla entre la multitud fue como encontrar una aguja en el pajar. Estaba ahí, a lo lejos, con la mirada perdida en algún punto del pasillo. Sin pensarlo dos veces, se acercó a ella con determinación.

-Uraraka - llamó, su voz cargada de emociones.

Ella se giró lentamente hacia él, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y confusión.

-¿Podemos hablar? - Deku se acercó un poco más, manteniendo contacto visual con ella.

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-Tu amigo parecía un poco decaído hoy - dijo Kirishima caminando al lado de Bakugou.

-No es mi amigo - murmuró Bakugou, algo molesto.

Kirishima suspiró y le dio un leve golpe en el hombro.

-¡¿Qué haces, idiota?! - Bakugou lo miró enojado, con expresión fulminante, su novio parecía hablar completamente en serio lo que apaciguó su carácter explosivo. - Siempre es así...

-No necesita apoyo, entonces... - Antes que terminara de replicarse el rubio lo interrumpió.

-¿Por qué te preocupas? Parece como si te lo quisieras ligar - dijo molesto Katsuki mientras empezaba a avanzar.

-¡¿Qué hablas, hombre?! - Kirishima lo siguió rápidamente, poniéndose a su lado. - Es algo que claramente te afecta. Hubieras sido indiferente en clases.

Bakugou bufó, desviando la mirada. Sin embargo, las palabras no eran necesarias para expresarse ante alguien que sabía leerlo.

-Sé que te importa, Katsuki - dijo el pelirrojo acercándose lentamente, dejando que su presencia calmara el ambiente. - No puedes simplemente ignorar las cosas que te afectan, eso es hacerte daño.

Bakugou exhaló profundamente, desviando la mirada hacia el suelo por un momento antes de encontrarse con los ojos cálidos y preocupados de Kirishima. Parecían abrazarlo con la mirada, sintiendo cómo sus preocupaciones se desvanecían.

-¿Sabes qué, Katsuki? - comentó, manteniendo su tono tranquilo y amigable. - Tal vez deberías hablar con Deku sobre esto.

-Tch, hablar no es lo mío - murmuró Bakugou, cruzando los brazos.

Kirishima sonrió, sintiéndose aliviado de que Bakugou estuviera dispuesto a intentarlo. Juntos, continuaron caminando por los pasillos de la academia.

Pretty - BakudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora