Intensamente Enamorada (Riley x Valentina)

⛸️Capitulo 5: Momentos de Paz⛸️

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Al día siguiente, Riley se despertó mucho antes de que sonara su alarma. La ansiedad la había mantenido despierta durante gran parte de la noche. Se sentó en la cama, abrazando sus rodillas y mirando la pared opuesta de su pequeña habitación. Sentía una opresión en el pecho, una presión constante que le dificultaba respirar. Los pensamientos negativos la invadían sin cesar, recordándole cada pequeño error que había cometido en los entrenamientos.

—Vamos, tú puedes —se susurraba a sí misma, tratando de encontrar consuelo en sus propias palabras. Pero su voz sonaba vacía, sin la convicción que necesitaba para creerlo de verdad.

Con las piernas temblando, se dirigió al vestuario, donde las demás chicas del equipo se estaban preparando para el partido. A su alrededor, el ambiente era de entusiasmo y nerviosismo controlado. Pero para Riley, todo se sentía como un torbellino de emociones que la atrapaba, aislándola de sus compañeras. Su mente se enfocaba en el miedo de no estar a la altura, y este se hacía más grande con cada minuto que pasaba.

Se sentó en su banco, intentando calmarse. Cada inhalación era un esfuerzo consciente, como si el aire se resistiera a entrar en sus pulmones. Las voces de las otras chicas resonaban a su alrededor, pero Riley se sentía como si estuviera en una burbuja de ansiedad, aislada de todo lo demás.

—Respira, Riley, respira —murmuró, cerrando los ojos y tratando de concentrarse en el ritmo de su respiración. Pero el nudo en su estómago no desaparecía.

Val se acercó a ella, con una mirada de preocupación en sus ojos. Había notado el nerviosismo de Riley y quería ayudarla a calmarse antes del partido.

—Hey, Riley, ¿cómo te sientes? —preguntó Val, sentándose a su lado y mirándola con preocupación.

Riley levantó la vista hacia Val, tratando de mantener la compostura. Pero sus ojos reflejaban el torbellino de emociones que estaba sintiendo.

—Estoy... estoy muy nerviosa, Val. No sé si puedo hacerlo —admitió Riley, su voz temblando.

Val puso una mano reconfortante en el hombro de Riley, intentando transmitirle tranquilidad.

—Escucha, Riley. Has trabajado muy duro estos días, y sé que tienes lo necesario para destacar. No dejes que esos pensamientos negativos te afecten. Estás aquí porque te lo mereces —le dijo Val, con una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora.

Riley asintió, tratando de absorber las palabras de Val, pero la ansiedad seguía devorándola desde dentro. Quería creerle, quería sentir esa confianza que Val tenía en ella, pero cada intento de convencerse parecía chocar contra una pared invisible.

Antes de que Val pudiera decir algo más, la entrenadora entró al vestuario con un aire de determinación que cortaba el ambiente.

—¡Chicas, es hora! Quiero que todas estén listas en cinco minutos—ordenó la entrenadora con voz firme.

Val le dio una última mirada a Riley, sus ojos llenos de un apoyo silencioso, antes de levantarse y terminar de alistarse. Riley de igual forma se preparo. 

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—Vamos, Riley, puedes hacerlo —se susurró una vez más, tratando de infundirse valor. Pero la ansiedad seguía allí, una sombra que la seguía a cada paso.

Finalmente, se reunió con el equipo en la pista, intentando aparentar calma y seguridad. Pero por dentro, la tormenta de emociones seguía rugiendo, haciéndola dudar de sí misma a cada instante. Val le dedicó una última mirada de apoyo desde el otro lado de la pista, pero incluso esa pequeña chispa de esperanza se sentía débil ante el peso de sus propios miedos.