💙Capitulo 9:Lecciones de Hielo y Celos🧡

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Riley caminaba por los pasillos de la escuela con una mezcla de entusiasmo y nerviosismo. Había decidido convertirse en tutora de álgebra para ayudar a los estudiantes con dificultades, algo que le daba la oportunidad de practicar su habilidad favorita y, al mismo tiempo, ganar algo de experiencia para su futuro académico. No podía evitar sentirse orgullosa por haber tomado esta decisión; después de todo, ayudar a los demás siempre le había resultado gratificante.

De repente, su pie tropezó con algo, y antes de que pudiera reaccionar, se encontró en el suelo, su mochila desparramada y sus libros esparcidos alrededor.

—¡Ay! —exclamó, tratando de levantarse.

Una risa burlona resonó cerca de ella. Riley levantó la vista y vio a un chico con una sonrisa arrogante, cabello desordenado y una actitud que gritaba "problemas". Sostenía un palo de hockey en una mano y un disco en la otra, con el que jugueteaba despreocupadamente.

—¿Qué pasa, niña rubia? ¿No viste el disco? —dijo el chico, riéndose mientras observaba la escena.

Riley se puso de pie, frotándose la rodilla que había golpeado contra el suelo. —Lo siento, no lo vi... —dijo, tratando de ocultar su vergüenza y su molestia.

El chico se acercó y recogió uno de los libros de Riley, mirándolo con una ceja levantada. —¿Álgebra? Qué aburrido —dijo mirandola.

Riley se agachó rápidamente para recoger sus cosas, sintiéndose cada vez más incómoda. —No es aburrido, es útil —respondió con firmeza, aunque su voz temblaba un poco por la sorpresa del encuentro.

—Claro, claro —dijo el chico, rodando los ojos—. ¿Eres la nueva tutora o algo así?

Riley asintió, tratando de recomponerse. —Sí, hoy es mi primer día.

El chico sonrió con una mezcla de burla y curiosidad. —Soy Casey, por cierto. Casey Jones. Y parece que tú eres mi tutora.

Riley parpadeó, sorprendida por la revelación. —¿Tú necesitas ayuda con álgebra?

—No lo pongas así. Digamos que prefiero no aburrirme en clase, y si tengo que hacerlo, que al menos sea con alguien interesante —dijo Casey, su tono claramente egocéntrico mientras hacía girar el disco en su mano.

Riley no estaba segura de cómo tomar ese comentario, pero decidió que lo mejor sería seguir adelante y hacer su trabajo lo mejor posible. —Bueno, entonces vamos a la biblioteca y empezamos, ¿te parece?

Casey se encogió de hombros. —Claro, líder. Vamos.

Una vez en la sala de tutorías, Riley se sentó frente a Casey, quien parecía más interesado en hacer girar el disco de hockey en sus dedos que en prestar atención a los libros de álgebra.

—Bien, Casey, ¿qué es lo que más te cuesta en álgebra? —preguntó Riley, tratando de sonar lo más profesional posible.

Casey se encogió de hombros y sonrió con desdén. —Todo. No entiendo para qué necesito saber esto. No me va a ayudar a meter goles en el hockey, ¿sabes?

Riley suspiró, sintiendo que este iba a ser un reto mayor de lo que había imaginado. —Bueno, el álgebra puede no ayudarte en el hockey, pero es importante para muchas otras cosas. Y si lo aprendes, te será más fácil entender otros conceptos más adelante —dijo, tratando de sonar motivada y motivadora al mismo tiempo.

Casey la miró con una mezcla de escepticismo y diversión. —Vamos, Minnesota, dime algo que haga que valga la pena aprender esto.

Riley se sonrojó ligeramente al oír que la llamaba "Minnesota", el apodo que Val le había puesto y que parecía haber corrido como la pólvora entre los estudiantes. Se tomó un momento para pensar en una respuesta que pudiera captar su interés.

Intensamente Enamorada (Riley x Valentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora