LA SECTA

CAPÍTULO 11

Sus hermosas cejas y ojos estaban teñidos de melancolía y de un arrogante desdén. Sus ojos profundos tenían un toque de encanto exótico mientras observaba despreocupadamente la escena dentro de la posada.

El posadero les saludó personalmente: "Por favor, tomen asiento huéspedes."

Como este pueblo estaba cerca de la Secta Shanshui, la gente que pasaba era una mezcla de cultivadores y gente corriente. Habían desarrollado unos ojos agudos y el posadero se mostró cálido y entusiasta, guiándoles rápidamente hasta unas cuantas mesas vacías bien iluminadas.

Tras examinar la posada, el grupo de cultivadores demoníacos liderado por el joven ocupó una mesa central, mientras los demás se dispersaban en distintas mesas, formando un cerco protector.

Pei Yunshu susurró: "Hermano Mayor, parece que estos no son miembros ordinarios de la Secta Brocado de Flores."

El Tercer Hermano Mayor frunció las cejas, y entonces reforzó discretamente la barrera que había levantado con unas cuantas piedras espirituales de su manga. Sin embargo, su preocupación no era exactamente la misma que Pei Yunshu tenía en mente. "La Secta Brocado de Flores no es conocida por ser razonable. Yunshu, quédate cerca del Hermano Mayor. Nosotros dos, guapos hombres, no debemos caer víctimas de sus artimañas."

Pei Yunshu le recordó: "Son todos cultivadores masculinos."

La Secta del Brocado de Flores enfatizaba la unión del yin y el yang, por lo que el verdadero peligro sólo sería para las jóvenes guapas al ver a este grupo de cultivadores masculinos.

El Tercer Hermano Mayor finalmente se dio cuenta de esto y se frotó la barbilla. "Oh, cierto."

Los mortales ordinarios de la posada y las cultivadoras que reconocían a la Secta Brocado de Flores habían abandonado la posada en silencio, dejando sólo a unos pocos cultivadores masculinos capaces que seguían comiendo.

Uno de los cultivadores de la Secta Brocado de Flores dijo: "No hemos visto una belleza en todo nuestro viaje."

Otro dijo: "¿No hay un Pabellón Brisa de Primavera en la ciudad? Dicen que allí se reúnen todas las bellezas de la ciudad de Qinghe. Maestro, ¿vamos a verlo esta noche?"

El Maestro de Sala sentado solo en una mesa entrecerró los ojos y se sirvió una taza de agua de una tetera. "Entonces vayamos a comprobarlo."

Lo que siguió fue una conversación llena de comentarios groseros, ajenos a la presencia de los demás. Pei Yunshu frunció el ceño y miró hacia arriba. En el lado opuesto, Yunman también escuchaba con gran interés. Incluso sacó su abanico y se abanicó con gracia, como si quisiera participar en la conversación.

Pei Yunshu movió los dedos y, al instante siguiente, las palabras indecentes y vulgares fueron cortadas por la barrera. El Tercer Hermano Mayor le miró avergonzado, como si sólo ahora recordara que estaba allí, con el arrepentimiento escrito en su rostro.

El Hermano Menor Yunshu estaba descendiendo la montaña por primera vez, escuchar tales cosas puede no sentarle bien.

Pei Yunshu cogió los palillos, bajó la cabeza y empezó a comer. Parecía imperturbable, pero Yunman observó atentamente su expresión. Sin embargo, mientras seguía observando, pareció perderse en sus pensamientos.

Abanico de plumas, largas pestañas y lustroso pelo negro. Las puntas de sus dedos eran como el jade.

Antes, Yunman no se había dado cuenta de lo atractivo que era el Cuarto Hermano Menor.

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Después de terminar su comida, los miembros de la Secta Brocado de Flores ya habían abandonado la posada.