"Hermano menor", sonrió con gracia Yuncheng, extendiendo su inmaculada mano un poco más hacia delante, "No tengas miedo."
La espada que levantaba la cortina, manchada de sangre de origen desconocido, goteaba ahora gota a gota, cada gota resbalaba por la hoja y caía al suelo.
Pei Yunshu sintió que todo su cuerpo temblaba. Apretó los dientes, con los dedos bajo la manga agarrando la tabla de madera en la que estaba sentado. Tenía los pies pegados al suelo y todos sus órganos parecían resistirse a acercarse más a Yuncheng.
La luz que entraba era muy brillante, pero sentía una frialdad escalofriante por todo el cuerpo.
Era como si el tiempo retrocediera. Aquel día, en el patio, Pei Yunshu se había caído de la cama en desorden, arrastrándose hacia el patio. Había sentido la misma frialdad que le helaba los huesos.
Por aquel entonces, Yuncheng había lucido la misma sonrisa amable. Llevaba una vaina de espada en la mano y pronunció suavemente: "Hermano menor, no tengas miedo."
Mucho más tarde, Pei Yunshu llegó a comprender que cuanto más amable era la sonrisa de Yuncheng, mayor era su furia interior.
Como ahora.
La expresión de Yuncheng contenía un rastro de impotencia, y dejó escapar un suave suspiro antes de llamarle de nuevo: "Yunshu."
Pei Yunshu respondió lentamente: "Hermano mayor, ¿qué haces aquí?"
Yuncheng sonrió, sin contestar. En cambio, dirigió su mirada a la figura acurrucada de Huayue en el rincón.
Huayue comprendió por fin por qué Pei Yunshu había dicho lo que dijo. Mirando a los ojos de aquel cultivador aparentemente recto, sintió como si le consideraran un objeto inanimado.
En un instante, el zorro tembló y se transformó de nuevo en su verdadera forma, lanzándose a los brazos de Pei Yunshu.
Instintivamente, Pei Yunshu abrazó a Huayue. El vivaz zorro, que había estado lleno de energía, temblaba ahora incontrolablemente en su abrazo. Pei Yunshu acarició la cabeza de Huayue y luego miró a Yuncheng, con los ojos llenos de súplica. "Hermano mayor."
Yuncheng le miró fijamente, con una expresión cargada de palabras no pronunciadas.
Pei Yunshu se clavó las uñas en las palmas de las manos mientras luchaba por controlar sus emociones. Tras una larga pausa, levantó la mano de la manga ancha y se la tendió vacilante a Yuncheng.
"Hermano mayor", le miró Pei Yunshu, con los dedos rígidos, "¿podemos prescindir de él?"
Sin rastro de energía espiritual en su interior y con los dedos fríos como la nieve, Yuncheng acabó sonriendo. Sacudiendo la cabeza, agarró los dedos de Pei Yunshu y lo sacó de la berlina nupcial. "Cuando el hermano menor suplica así al hermano mayor, ¿cómo puede el hermano mayor seguir eligiendo matarle?"
La palma de Yuncheng estaba caliente, impregnada de energía espiritual. La usó para calentar los fríos dedos de Pei Yunshu.
El zorro abrazado por Pei Yunshu parecía haberse convertido en madera, totalmente inmóvil. Los ojos ámbar brillaban con lágrimas no derramadas, que fueron absorbidas por la tela de la ropa de Pei Yunshu antes de que pudieran caer.
Al ver que Pei Yunshu caía en desgracia por su culpa, Huayue se sintió atormentado. Sólo le quedaban tres colas y, de no haber sido por la intercesión de Pei Yunshu, temía que el santurrón se las hubiera cortado incluso.
Una vez hubo conseguido calentar las rígidas manos de Pei Yunshu, Yuncheng le soltó.
Pei Yunshu volvió a meterse la mano en la manga, con los dedos rozando repetidamente la tela. Al cabo de un momento, preguntó: "Segundo hermano mayor, ¿dónde están el Hermano Mayor y el Tercer Hermano Mayor?"
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LA SECTA
FantasyCapítulos 105 + 6 Extras Descripción Si los residuos renacieran, ¿podrían volverse completamente nuevos? Pei Yunshu todavía se considera inútil; sólo se ha vuelto más inteligente y ya no busca lo que no puede lograr. Observa con calma cómo su maestr...