LA SECTA

CAPÍTULO 29

En el momento en que la llave se movió en la mano de Huayue, Pei Yunshu sintió que alguien le miraba por detrás.

Siguiendo su intuición, se volvió para mirar detrás de él y se encontró con un par de ojos tan brillantes como el sol. El dueño de aquellos ojos tenía el pelo ligeramente despeinado en las sienes, una leve sonrisa en unos labios finos y una expresión de agradable sorpresa combinada con cortesía.

Iba vestido con armadura, pero parecía un erudito.

Antes de que Huayue pudiera reaccionar, se quedó boquiabierto mirando la temblorosa llave que tenía en la mano. Pei Yunshu alargó la mano y agarró firmemente la llave para detener su temblor. De espaldas al zorro del escenario, le susurró a Huayue: "Date la vuelta."

Huayue le miró, con una expresión confusa en los ojos. "¿Belleza?"

Pei Yunshu dijo: "Huayue, escúchame."

Al zorro le dio un vuelco el corazón y se dio la vuelta obedientemente. Pei Yunshu sujetó la llave con una mano y la muñeca de Huayue con la otra, conduciéndole silenciosamente fuera del rincón.

Una vez alejados del espacio abierto, Pei Yunshu soltó a Huayue y abrió la mano. La llave había dejado de temblar.

Huayue exclamó suavemente, y Pei Yunshu pensó que lo había entendido. Sin embargo, Huayue cogió la llave despreocupadamente y miró la palma de Pei Yunshu con preocupación. "La llave ha dejado una marca profunda. Belleza, ¿te duele?"

La mano de Pei Yunshu ya no era la misma de antes. Ya no era blanca y esbelta como antes. En su lugar, sus uñas estaban teñidas de azul y un aura oscura e inquietante envolvía su brazo. No sólo se lo parecía a Huayue, sino que incluso cuando Pei Yunshu lo miraba a través de la máscara, parecía sin vida.

Mientras Huayue cuidaba con ternura la huella en su mano, Pei Yunshu encontró la escena un tanto extraña, pero no rechazó la preocupación de Huayue. En su lugar, asintió suavemente y dijo: "Estoy bien."

Justo cuando Huayue estaba a punto de borrar la huella, recordó de repente al Señor Zhuyou, que estaba en la manga de Pei Yunshu. Inmediatamente, dejó de ser tan manoseador con Pei Yunshu y preguntó confundido: "Belleza, ¿por qué nos fuimos cuando el jolgorio en el Mercado de los Fantasmas Demoníacos ni siquiera ha empezado todavía?"

"El zorrito tiene razón", una voz alegre y clara llegó de repente desde detrás de ellos, "Esposa, ¿por qué te marchaste al verme?"

El pelaje del zorro se erizó. "¡¿A quién llamas zorrito, y a quién llamas esposa mía?!"

El demonio zorro, que vestía una armadura plateada, salió de la esquina. Se acercó a Pei Yunshu con un rostro sonriente, ignorando por completo a Huayue. Hizo una cortés reverencia ante Pei Yunshu y dijo: "Hoy tengo la suerte de conocer a mi esposa. Es un gran honor."

Pei Yunshu dio un paso atrás para evitar su reverencia. "Tú..."

Sintiéndose culpable, Pei Yunshu se dio cuenta de que si esa persona era el zorro de piedra del reino secreto de la montaña, él y Huayue se habían aprovechado de él.

Primero, sin su consentimiento, le habían tratado como a su salvador. Luego, le habían dado el reino secreto. Si a alguien le debían más, era sin duda a esta persona.

Pero antes de que Pei Yunshu pudiera terminar sus palabras, Zhuyou salió de su manga.

Aunque de momento era pequeño, tenía todos los rasgos de un dragón de las inundaciones, con cuernos y garras. El demonio zorro, que miraba al pequeño dragón que salía de la manga de Pei Yunshu, se sorprendió. Levantó la vista para mirar a Pei Yunshu y sus ojos mostraron asombro e incredulidad. "Esposa mía, ¿has poseído siempre un poder tan grande? Desde el día en que nos casamos, ¿has parido un pequeño dragón de las inundaciones para mí de esta manera?"