Traición - Álvaro

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Me dolía todo el cuerpo, me palpitaban las sienes y estaba super mareado. Cuando abrí los ojos me encontré tumbado en el suelo de una casa completamente desconocida, miré a mi alrededor y encontré mi móvil justo a mi lado y lo cogí.

- Mierda-. Dije al ver la hora, eran más de las 12:30, seguro que tendría a todo el mundo preocupado-. Joder Paul-. Su tren salía a las 12:30 y desde anoche no sabía nada de él, ni siquiera nos habíamos despedido.

Por si fuera poco tenía un montón de llamadas perdidas y mensajes de todos, sobre todo de Paul. Me levanté tan rápido que todo se volvió negro, pero en cuanto volví a ver un poco salí de esa casa lo antes posible, cuando salía a la calle no sabía donde estaba, ni siquiera me acordaba de como llegué allí. No tenía dinero para pedir un taxi y me quedaba super poca batería. Lo primero que se me ocurrió hacer fue llamar a Bea. Que me cogió casi al instante.

- ALVARO-. Fue lo primero que dijo nada más coger.

- No me grites, que me va a reventar la cabeza.

- Se puede saber dónde cojones estás, llevamos toda la noche llamándote super preocupado Paul se acaba de ir y ha pasado la peor noche de su vida.

- Joder-. Me llevé la mano al pelo y noté cómo se formaban lágrimas en mis ojos-. No sé dónde estoy Bea, no me acuerdo de nada de anoche.

- ¿Se puede saber que hiciste, Álvaro?.

- No lo sé Bea, lo último que me acuerdo es que fui a la barra y se me acercó un chico a preguntarme con quién estaba y luego me llevó con su grupo.

- ¿No le habrás puesto los cuernos a Paul?.

- Espero que no, porque no me acuerdo de absolutamente nada, me he despertado en el suelo de una casa en la que no he estado en mi vida con gente desconocida.

- De puta madre, mándame la ubicación rápido que voy a buscarte.

- Gracias Bea.

- Y ya puedes ir llamando a Paul para explicarle todo esto-. Dijo y me colgó.

No podía contarle esto a Paul, me iba a odiar el resto de su vida, seguro que no me volvería a hablar. Me sequé las lágrimas que habían caído por mis mejillas y me senté en un banco que tenía al lado. No sabía cuánto tiempo había pasado exactamente, cuando vi a Bea, Juanjo y Martin corriendo por la calle hasta llegar a mi banco. Me levanté corriendo y me lancé a sus brazos.

- Álvaro te voy a matar-. Me dijo Juanjo.

- Perdón chicos, os juro que no tengo ni idea de lo que ha pasado-. Dije cuando me separé de ellos-. Vamos a casa y lo hablamos con calma.

- ¿Has hablado con Paul?-. Me preguntó Martin.

- No

- ¿Y a qué esperas?-. Esta vez habló Bea.

- No se que decirle.

- Pues la verdad-. Intervino Juanjo.

- Es que no se la verdad, lo único que sé es que me he despertado aquí, nada más.

- Entonces le dices eso, o si no le digo yo que estoy contigo y que luego le llamas.

- Díselo por favor.

Fuimos a casa de Paul, ya que Bea tenía las llaves, que se las había dado para mí. Era extraño entrar aquí sin Paul, y más sabiendo que no volvería en tres meses. Deje de pensar en todo eso durante en un rato, ya que fui a ducharme, al salir me puse un chándal y su sudadera, que olía un montón a él, por lo que no pude evitar derrumbarme, empecé a llorar en el baño mientras me miraba en el espejo, me sentía la peor persona del mundo, me daba asco a mí mismo. Me había cargado lo mejor de mi vida, como siempre, era yo el que estropeaba las cosas.

- ¿Álvaro estás bien?-. Llamó Bea a la puerta-. Te escucho llorar.

Abrí la puerta para dejarla pasar.

- Soy horrible Bea, soy la peor persona del mundo, lo he perdido todo.

- No has perdido nada Álvaro, y no eres horrible, ni siquiera tú sabes lo que ha pasado.

- ¿Le habéis dicho a Paul que estoy bien?.

- No, lo mejor será que le hables tú directamente.

- Vamos-. Suspiré y salí del baño, ella salió detrás de mí.

Fui al salón, donde esperaban Martin y Juanjo sentados en el sofá. Me senté entre los dos, que era el hueco que me habían dejado y cogí mi móvil.

Mensaje*

Álvaro: Hola Paul

Perdóname

Sinceramente no sé ni yo lo que me ha pasado

Estoy en tu casa con Bea, Juanjo y Martin

Responde en cuanto puedas porfa.

Al cabo de unos minutos, los cuales pasamos en el sofá, esperando a que Paul viera mi mensaje, sonó mi móvil, me estaba llamando. Rápidamente cogí mi móvil y descolgué la llamada.

Álvaro: Paul

Paul: Álvaro

¿Estás bien?

Álvaro: Sí, bueno ahora mismo me encuentro fatal y tengo mucha resaca, pero estoy bien

Paul: ¿Dónde coño te fuiste anoche?-. Puse un tono más serio.

Álvaro: No lo se

Paul: ¿Cómo que no lo sabes?

Álvaro: Pues eso Paul, que no lo sé, lo último que recuerdo es ir a la barra y que un chico me preguntaste si estaba solo

Paul: ¿Y luego qué hiciste?

Álvaro: Me llevó con él y con su grupo, pero yo no quería ir, o sea sí, pero literalmente me arrastró con él.

Paul: Y no podías mandarme un puto mensaje, o venir a avisarme aunque sea

Álvaro: Perdí mi móvil, y no me dejó irme

Paul: Pues te escapas Álvaro, ¿te recuerdo que era nuestra última noche juntos, y que todo iba bien hasta que desapareciste? No lo había pasado peor en mi puta vida Álvaro-. Notaba como cada vez estaba subiendo más el tono.

Álvaro: Paul perdí el control, te lo juro que no recuerdo nada más

Paul: Pues cuando te acuerdes me lo cuentas, pero ahora mismo no quiero volver a hablar contigo

Me colgó, en ese momento se me cayó el mundo encima, me sentía la peor persona del mundo, había traicionado a mi novio y no sabía ni cómo. ¿Y si le había puesto los cuernos y no lo sabía?, eso sí que no me lo perdonaría nunca. Dejé el móvil a un lado y me eché las manos a la cara, no pude evitar ponerme a llorar, automáticamente Juanjo y Martin, que estaban a mis lados, me abrazaron, y Bea, que se encontraba en frente del sofá, también vino y se sentó en el suelo.

- Álvaro ya verás como te acaba perdonando-. Me dijo Martin-. Es Paul, tiene un corazón enorme y nunca se enfada de verdad con la gente que quiere.

- Pero ha hablado muy serio-. Le respondí, ahora un poco más calmado-. Y no le tengo aquí para hablarlo en persona.

- Lo vais a solucionar ya verás-. Esta vez intervino Juanjo.

- Tengo mucho miedo, nunca había querido a alguien de esta forma, y no quiero perderlo.

- Todo va a salir bien, ya verás-. Terminó Bea.


La melodía de las amapolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora