Multimillonario - Boda #2

Capítulo 4

Mientras conducía a través de un pequeño pueblo, desconocido, Gun no pudo dejar de advertir unas pocas tiendas que tenían carteles con el nombre Jumpol sobre sus puertas. Se dio cuenta de que había una ferretería, una de suministros de fontanería, y una tienda de ropa. En un tramo de un centro comercial porticado había una farmacia y un pequeño mercado con el nombre de Jumpol. En las afueras de la ciudad, incluso vio una pequeña cuchara con un gran cartel que decía: "Pollo y Cerveza Jumpol".

Cuando se detuvo por las luces rojas, la gente que cruzaba las calles sonrió al Jeep hasta que vieron quien lo conducía. Se inclinaron hacia adelante con las expresiones confusas para obtener mejores miradas. Se asomaban a la persona junto a ellos y murmuraban algo. Pero cuando miraron en el asiento de atrás y vieron a Dararat Jumpol, sus expresiones se suavizaron y saludaban y sonreían en su dirección.

Dararat le devolvió el saludo a ellos, diciendo a Off desde un lado de su boca quiénes eran y cuál era el último chisme local sobre ellos. Una mujer del tamaño completo de una esquina había pasado por una cirugía de bypass gástrico seis meses antes, otra mujer cruzando la siguiente calle estaba pasando por un amargo divorcio, y en la esquina de una intersección cerca de la biblioteca Dararat hizo señas a un hombre con un solo brazo. Ella frunció el ceño y suspiró, luego palmeó la mano de Off.

—Ese es el chico de Lucy Cling. Lo recuerdo. Tú y Lucy fueron a la escuela secundaria juntos. Acaba de regresar de Irak, que Dios le bendiga.

Layla se quedó quieta con sus dedos entrelazados sobre el regazo, de vez en cuando mirando hacia abajo para ver lo que Camp estaba haciendo. Su barbilla seguía descansando en su regazo, sus ojos estaban cerrados, y todavía respiraba con un ronquido. Gun sabía que a Camp le gustaba ella. Si no le gustara, habría apoyado la barbilla en el regazo de Gun en su lugar. Pero Gun tenía la sensación de que le iba a llevar un tiempo antes de que él la dejara acariciarlo.

Todo este asunto de Alaska era tan nuevo para Camp que probablemente se sintió abrumado. El pobre nunca había salido de New York.

Gun comenzó a sentirse abrumado, también, sobre todo cuando Off le dijo que hiciera un giro inesperado a la derecha en un puerto deportivo. En esta ocasión, Gun no sabía dónde estaba. Si le hubieran pedido que condujera de regreso al aeropuerto, no habría tenido ni idea. Si le hubieran dicho que saliera y encontrara su propio camino de regreso a New York, se habría sentado en un bordillo y gritado. Nunca había sido bueno con las direcciones en primer lugar. Por todo lo que sabía, estaban de camino a Rusia.

—Estaciónate ahí —dijo Off, apuntando a una fila de plazas de estacionamiento vacías que daban a una masa de agua.

Gun entró en el espacio y apagó el motor. Miró hacia atrás y hacia adelante varias veces.

—¿Dónde está el hotel? —Pregunto. Había supuesto que estarían alojados en un hotel local. Había estado esperando con ilusión despegar toda su ropa y tener en la cama desnudo a Off.

Pero Dararat tomó la palabra.

—La familia nunca se queda en un hotel. Te quedarás en nuestra casa, Gun.

Esto hizo que su nudo en el estómago apretara. Se imaginó una casa rancho de ladrillo de una planta con una valla de tela metálica, y durmiendo en el dormitorio de infancia de Off en literas con sábanas de vaqueros e indios. Nunca habían discutido dónde Off se quedaba cuando iba a Alaska, y eso se debía a que Off no había estado ahí desde el pasado mes de agosto. La mayoría del tiempo que habían pasado juntos solos en el último año había sido en la cama teniendo relaciones sexuales. Gun no vio las casas cercanas, sólo un edificio de puerto deportivo, la gente trajinando en diferentes direcciones, y filas de barcos atracados.