Capítulo 5

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Cuando entraron en la casa, había gente en todas partes. Layla desapareció en la cocina con Camp.

—Le conseguiré a este pobre tipo un poco de agua. —Dijo antes de marcharse, mientras lo levantaba y acariciaba su cabeza—. Debe estar muriéndose de sed ahora.

Off le dio a Gun una mirada y rodó los ojos.

—Estará bien. Es buena con los perros. —Podía ver que Gun estaba preocupado. Gun extendió los brazos e hizo un intento por detener a Layla. Aunque Camp no la estaba gruñendo ahora, la parte superior de su hocico estaba vibrando como si no estuviera seguro de si debía o no gruñir y enseñar los dientes. En New York, Camp más o menos hacía lo que quería, y Gun y Off atendían cada una de sus necesidades. Era más como un gato que un perro. Venía a ellos cuando quería afecto, no cuando ellos querían dárselo a él.

Off no estaba seguro de si su abuela entendía esto.

Gun sonrió y se encogió de hombros.

—Si intenta morderla no hay nada que yo pueda hacer. Ya sabes cómo es. —A veces Camp estaban sentado en el regazo de Off o de Gun y estaban acariciándole la cabeza y de la nada, se volvía a morder sus dedos.

Off sonrió y asintió a alguien que pasó por ellos. No podía recordar el nombre de la persona, pero sabía que era uno de los amigos de su madre, de hace mucho tiempo.

—Esperemos sólo que mi abuela se recupere. Se la había visto hacer esto en ocasiones. —Entonces puso su mano en la parte lumbar de Gun y lo guió hasta el comedor.

Esta fiesta no era sólo un pequeño encuentro íntimo con unos pocos amigos y familiares. La mesa del comedor estaba atascada de comida, había una larga cola en el bar, y parecía como si la madre de Off hubiera invitado a la mitad de Alaska.

Había camareros llevando bandejas y camareros sirviendo bebidas. Off no había visto a la mayor parte de estas personas en años, y algunos eran totalmente desconocidos. A pesar de haber estado yendo y viniendo con frecuencia a Alaska a través de los años, había pasado la mayor parte de su tiempo haciendo negocios en Florida, y sus viajes a Alaska sólo eran paseos rápidos. A donde quiera que mirara veía caras de su pasado, pero no podía recordar sus nombres. Sr. y Sra. tal o cual sosteniendo platos de comida y hablando con la señorita como se llame de la biblioteca de la ciudad. El viejo tipo que trabajaba como gerente del Chick N' Beer estaba merodeando con un vaso de cerveza en la mano. Y la famosa política de Wasilla que estaba de pie en el otro extremo de la sala de estar hablando con su marido. Toda su familia, incluyendo su futuro yerno, que tendía a meterse en problemas con la ley todo el tiempo, estaba sentado en el sofá al lado de donde ella estaba de pie. Off se frotó la mandíbula y frunció el ceño. Sabía que era muy conservadora y no estaba seguro de cómo iba a reaccionar a que él fuera tan abiertamente gay.

Gun debía haber notado su caída de expresión.

—¿Qué va mal? —Le preguntó en un susurro.

Estaban de pie junto a la mesa del comedor, donde las personas llenaban sus platos con todo tipo de alimentos. Una mujer que Off reconoció de la planta de agua virgen de primavera, se acercó y le estrechó la mano en su camino a la sala de estar.

—Es agradable verte —dijo. Luego se volvió hacia Gun y frunció el ceño—. Mi padre invitó a esa política conservadora de Wasilla. La única que está en contra de la legalización de matrimonios del mismo sexo. —Apretó los puños e hizo una mueca. Su padre estaba muy involucrado en la política de Alaska. Aunque él era un votante independiente y tendía a cambiar en todas las direcciones diferentes cuando llegaban a los temas, se mantenía cerca de los más importantes políticos en Alaska.

Multimillonario - Boda #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora