Capítulo 6

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Gun sonrió y estrechó las manos de tantos que perdió la pista de cuánto tiempo continuó la fiesta. Nunca había sido bueno con los diferentes usos horarios. Si estaba en New York y alguien le preguntaba qué hora era en Los Ángeles sólo se encogía de hombros y sonreía. Si alguien le preguntaba qué hora era en Inglaterra y esperaban que lo supiera de improviso, se reía en sus caras y les decía que se fueran a verlo en Google en Internet. Entonces les diría que consiguieran una vida. Había cosas mucho más importantes de qué preocuparse, y Gun tendía a creer que era mejor vivir el momento. Sólo que no había puesto su reloj a la hora de Alaska, y por su vida, que no pudo encontrar un reloj en ninguna parte de la casa.

Ahora se arrepentía de no haber hecho una pequeña investigación sobre la diferencia horaria. Cuando leía el blog de Sammy sabía la hora que era en Francia, así que no era que no pudiera hacerlo. Para el momento en que el último invitado se marchó, estaba dispuesto a dejarse caer en uno de los sofás del salón y dormir durante los próximos tres días. Los paseos en avión sólo lo habían exasperado, y luego estaba el viaje en barco que estaba seguro que le había dado unas pocas hebras de gris. Cuando añadió la tensión de la fiesta y la reunión de los amigos de Off y la familia todos a la vez, no había suficiente café en su bodega favorita de New York para animarlo.

El padre de Off no había regresado a la fiesta, pero Dararat no mencionó esto. Ella sólo actuaba como si no hubiera nada malo o fuera de lugar. Gun y Off se quedaron por ahí en la gran isla en la cocina con Dararat y Layla. Camp ya estaba acurrucado y roncando debajo de la mesa de la cocina.

—Creo que voy a subir a la cama. —De pronto dijo Dararat, luego de bostezar—. El personal de catering se encargó de la mayor parte de la limpieza y puede terminar el resto de la limpieza mañana por la mañana. —Bostezó de nuevo y se estiró—. Ha sido un largo día.

Después que Dararat bostezó, Gun también lo hizo. No pudo evitarlo. Sólo vino de la parte posterior de la garganta y a través de sus oídos sin previo aviso. Se tapó la boca y se disculpó. Cuando Dararat lo vio, se rió.

—Mi suegra te llevará arriba a tu habitación. Ella es un ave nocturna. Estará arriba durante otras dos horas. —Luego besó a todos y dijo buenas noches.

Cuando Dararat se fue, Layla dio una palmada en la pierna y llamó a Camp.

—Vamos a la cama ahora, hombrecito. —Luego se volvió a Off—. Después de que te hayas acomodado tengo que alimentar y pasear a Sweetie-Pie.

—¿Quién es Sweetie-Pie? —Preguntó Gun.

—Es el caniche de mi abuela —dijo Off.

—Lo dejo en el piso de abajo en la sala de juegos cuando recibimos invitados para que nadie le deje salir durante las fiestas —dijo Layla. Luego se inclinó hacia adelante y susurró. Sus ojos se agrandaron como si estuvieran a punto de contar un cuento de miedo—. A ella no le gusta todo el mundo. Le gusta la mayoría de la gente. Pero si ve una expresión inusual, comienza a protestar y gruñirles. Nunca se sabe lo que le va a llevar a la locura. No hay ningún patrón determinado. A veces podría ser sólo el movimiento de una ceja.

—¿Le gustan otros perros? —Preguntó Gun. Quería estar seguro de que Camp no estaba en ningún peligro. Camp se llevaba bien con otros perros porque estaba acostumbrado a caminar en el parque y estaba rodeado de ellos. Pero Gun no quería exponerle a un vicioso pequeño caniche.

—Es un amor —dijo Off—. Ama a los perros de otros. Se lleva maravillosamente bien con los dos perros de caza.

—¿Perros de caza? —Siendo de Tennessee, Gun sabía un poco acerca de los perros de caza. Tienden a ser más agresivos e instintivos que los animales domésticos. Le preocupaba que pudieran confundir a Camp con un zorro calvo.

Multimillonario - Boda #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora