Cap 8

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El sol ardiente de Egipto brillaba sobre las arenas doradas mientras caminábamos por el mercado lleno de vida de El Cairo. Arthur, Molly, Ginny, Charlie, Percy, y yo. Nos habían invitado a un viaje familiar para visitar a Bill, quien trabajaba como Mago en el Banco Gringotts. Siempre había admirado a Bill, con su cabello rojo atado en una cola de caballo y su sonrisa despreocupada que parecía nunca desaparecer. Pero esta vez, algo pesaba en mi corazón.

Bill nos había recibido con los brazos abiertos y nos llevó a su casa en las afueras de El Cairo, una hermosa villa que se erguía majestuosamente bajo el sol egipcio. Durante los primeros días, todo fue risas y recuerdos familiares. Contábamos historias de nuestras vidas en Hogwarts, de las travesuras en la Madriguera y de las peleas con los trasgos de jardín.

Pero mientras el sol se ponía tras las pirámides, sentí la necesidad de enfrentar a Bill. Todos se habían retirado a descansar, dejándonos a Bill y a mí en el patio trasero bajo las estrellas brillantes del desierto.

Cuando finalmente Ron se armó de valor y se acercó a su "hermano mayor", Bill. En la tranquilidad del patio trasero de la casa, con el sol del atardecer tiñendo el cielo de tonos cálidos, Ron decidió confrontar a Bill.

-Bill, necesito hablar contigo -dijo Ron, intentando mantener la calma a pesar del nudo en su garganta.

Bill, siempre tranquilo y sereno, lo miró con curiosidad pero también con una comprensión que solo los años podían otorgar.

-Claro, Ron. ¿Qué sucede? -respondió Bill, poniendo a un lado el papiro que estaba leyendo.

Ron inhaló profundamente antes de comenzar. La verdad era pesada, pero ya no podía esperar más.

-Bill, sé que siempre me has tratado como a un hermano, pero... necesito saber la verdad. Sobre mis padres.

Ron tomó un respiro profundo, sintiendo el peso de las palabras que estaba a punto de decir.

-He descubierto algo... algo que no tiene sentido -comenzo, luchando por encontrar las palabras adecuadas-. Sobre mi linaje, sobre quién soy realmente.

Bill frunció el ceño ligeramente, su mirada intensa y seria.

-¿A qué te refieres, Ron?

-Recuerdo que cuando era niño, papá y mamá me dijeron que tú eras mi hermano mayor. Pero... últimamente, he tenido sueños extraños. Recuerdos que no encajan. Recuerdos de ti... y de algo más.

Bill se quedó en silencio por un momento, procesando mis palabras con cuidado.

Bill asintió lentamente, como si hubiera esperado esta conversación durante mucho tiempo.

-Es tiempo de que conozcas la verdad, Ron -dijo Bill solemnemente, abriendo el cofre con un toque de su varita, ese cofre que siempre mantenía a su lado.

Dentro del cofre había pergaminos antiguos y objetos mágicos que brillaban débilmente en la luz tenue de la habitación. Bill sacó un pergamino particularmente antiguo y comenzó a leer en voz baja, recitando palabras que parecían resonar en el aire tranquilo.

-Este es un hechizo de revelación ancestral. Revelará la verdad sobre tu linaje, sobre quién eres realmente -explicó Bill, su voz resonando con una mezcla de determinación y tristeza.

Cada palabra que pronunciaba parecía un eco distante en mi mente. Ron estaba a punto de descubrir algo que cambiaría todo lo que creía saber.

Las runas en el pergamino comenzaron a brillar intensamente, llenando la habitación con una luz dorada. Sentí una oleada de energía mágica a mi alrededor, como si el mismo universo estuviera conteniendo el aliento.

Y entonces, la verdad se reveló.

El pergamino mostraba una genealogía detallada, nombres que reconocía pero que no podía reconciliar. Y en el centro, en letras doradas, estaba la verdad que me dejó sin aliento:

Ronald Bilius Weasley, hijo legítimo de William Arthur Weasley y de... Tom Marvolo Riddle, más conocido como Lord Voldemort.

El lugar quedó en silencio mientras las palabras resonaban en el aire. Ron sintió que el mundo daba un giro completo a su alrededor. Sabía que las cosas nunca serían iguales después de esto.

-Lo sabía, Bill. Lo supe desde hace tiempo -admitió Ron, mirando a su "hermano mayor" con ojos llenos de determinación y dolor.

Bill asintió lentamente, apoyando una mano sobre el hombro de Ron con afecto.

-Lo sé, Ron. Yo también me enteré de mi verdadera paternidad hace unos años, cuando comencé como rompemaldiciones aquí en Egipto. Fue durante una prueba de herencia similar. Y gracias a un ritual especial, pude recuperar mis recuerdos perdidos -explicó Bill con voz serena.

Ron procesó la información lentamente, sintiendo una mezcla de alivio por finalmente compartir su secreto y dolor por las revelaciones tan profundas.

-¿Por qué nunca me lo dijiste, Bill? ¿Por qué todos estos años? -preguntó Ron con sinceridad, buscando comprender.

Bill suspiró, mirando fijamente a Ron con ojos cansados pero llenos de amor fraternal.

-Porque quería protegerte, Ron. Protegerte de la verdad y de todo lo que implicaba. Pero ahora que sabes, estamos juntos en esto. Somos familia, pase lo que pase.

Ron asintió, sintiendo cómo un peso se levantaba de sus hombros. Ahora, con la verdad revelada, estaba listo para enfrentar lo que fuera necesario para descubrir más sobre su identidad y sobre el legado que había heredado.

El sol se ponía lentamente sobre el horizonte de Egipto, marcando el final de un día lleno de revelaciones. Pero para Ron, era solo el comienzo de una búsqueda aún más profunda de quién era realmente y cómo encajaba en este mundo mágico lleno de secretos y magia.

Un engaño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora